Santa Cecilia por Ermes Dovico
VIDA

Para la Iglesia italiana y el Vaticano el aborto ya es un poco menos malo

Los recientes artículos publicados en el periódico Avvenire, el diario de los obispos italianos, y la entrevista concedida a Crux por monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, son un signo de un inquietante cambio en la Iglesia hacia una legislación pro-abortista.

Ecclesia 08_09_2020 Italiano

Desde la Iglesia italiana y el Vaticano se vislumbran aperturas inquietantes a favor de la legislación pro-aborto que merecen ser conocidas porque indican que el llamado cambio de paradigma ha llegado a socavar la defensa del derecho a la vida.

El punto de inflexión se ha producido en Italia con las reacciones a la decisión del Gobierno de Conte de facilitar aún más el aborto químico con la RU-486, haciéndolo en casa. En el periódico Avvenire, propiedad de la Conferencia Episcopal Italiana, se han publicado una serie de artículos que evidentemente han vuelto a abrir el debate sobre la Ley 194 de 1978, que legalizó por primera vez el aborto en Italia.

Y aquí es donde encontramos el punto de inflexión: el 27 de agosto de 2020 el diario de la Conferencia Episcopal Italiana publicó un asombroso discurso en defensa de la legislación italiana que regula la interrupción voluntaria del embarazo. El autor es el periodista y publicista católico Angelo Moretti, quien, entre otras cosas, ocupa cargos diocesanos y dirige varias asociaciones de voluntarios. También ha sido presidente nacional de los Jóvenes Voluntarios Vicentinos.

En su artículo publicado por el diario Avvenire, Moretti llega a declarar que “la Ley 194 no es una ley contra la vida y puede ser aceptada por los católicos”; que “la Ley 194 no es una ley que cuestione la dignidad ontológicamente intrínseca de un embrión, sino que es una ley que ha intervenido para regular un fenómeno social que no necesita leyes para existir”; que “un católico que pide aplicar la 194 en todas sus partes no está afirmando un valor diferente de su fe”, sino que “está escuchando y ayudando a cada mujer”; que se necesita un diálogo “que no tiene que poner en duda la 194”, sino que “hace que las comunidades no acogedoras se cuestionen a sí mismas”.

El artículo es tan escandaloso que no pudo por menos que provocar fuertes reacciones, pero no entre los obispos. Al día siguiente, 28 de agosto de 2020, la Brújula Cotidiana publicó un editorial mío en el que se criticaba duramente la publicación de Avvenire, seguido de la intervención del propio director, Riccardo Cascioli, que puso de relieve la absoluta gravedad del silencio de la Conferencia Episcopal Italiana sobre el asunto.

La denuncia de la Brújula Cotidiana ha despertado, como era de esperar, una ola de indignación en el mundo pro-vida y también en una parte del mundo clerical. De hecho, hay algunas intervenciones de sacerdotes y obispos (muy pocas, lamentablemente) que critican fuertemente las declaraciones publicadas por Avvenire. El director de la Brújula han recibido también una conmovedora carta de agradecimiento de monseñor Alberto Maria Careggio, obispo emérito de Ventimiglia-San Remo, que recordaba, entre otras cosas, que él mismo era “el hijo de una madre que, a pesar de una delicada situación familiar y de una grave enfermedad, se negó valientemente a abortar, apoyando con confianza la sentencia de muerte proclamada y con todo listo para el funeral”. Se sabe de algunos sacerdotes que, durante la homilía de la misa dominical del 30 de agosto, decidieron leer públicamente la nota de monseñor Careggio, para informar a los fieles de su contenido.

El 31 de agosto Stefano Fontana escribió un excelente editorial en la Brújula Cotidiana, señalando que sobre el tema del aborto no sólo existe el artículo del periódico Avvenire, sino también una sorprendente entrevista con el periódico americano Crux, concedida por monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, que ha llegado a negar la existencia de principios morales inderogables y a acusar de explotación política a quienes utilizan el derecho a la vida como criterio de votación. La duda es que en Italia exista el deseo de mantener un bajo perfil en el tema del aborto (incluso llegando a legitimar intervenciones normativas sobre el tema), para justificar el apoyo de Biden en contra de Trump en las próximas elecciones americanas. En cualquier caso, uno no puede dejar de vislumbrar en estas declaraciones de Paglia los pasos hacia un replanteamiento global de la teología moral católica.

Impulsado por la presión generada por el escándalo, el Avvenire publicó el llamamiento del sacerdote Gabriele Mangiarotti, jefe de CulturaCattolica.it, titulado El genocidio de los no nacidos y el compromiso de los católicos, en el que se reafirman admirablemente los principios clave de la doctrina católica sobre el aborto en no menos de veintiún puntos. Casi una micro-encíclica.

Hay quien cree que con el espacio dado a la intervención de Mangiarotti, el diario Avvenire ha compensado el daño causado por la publicación del artículo de Moretti. ¿Pero ha arreglado realmente el error el periódico de la Conferencia Episcopal italiana? No lo creemos. El Avvenire no es un periódico que pueda permitirse el lujo de mantener una línea que quede bien con todo el mundo en un tema fundamental como el aborto. No es un escaparate neutral. No puede limitarse a exponer una tesis a favor de la Ley 194 y una tesis en contra de ella. No puede dejar al lector/fiel con la duda. Debe expresar, de manera clara e inequívoca, el juicio del editor de referencia. La Conferencia Episcopal Italiana tiene el deber moral de declarar públicamente, a través de su diario, si está con Moretti o con Mangiarotti.