María, guía en el camino
«Ahí tienes a tu madre» (Jn 19,27)
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
(San Juan 19,25-27)
Con su «sí» al anuncio del ángel Gabriel, María Santísima hizo posible la Encarnación del Hijo de Dios. De manera similar, Jesús, en el momento supremo de la cruz, nos entrega a su madre, confiándola al discípulo Juan, el único que permaneció a su lado durante la Pasión. Incluso las pruebas más duras tienen un tiempo limitado: Dios, en su fidelidad, restablece la verdad y la justicia en el momento oportuno. En este camino a menudo difícil, nos queda un apoyo precioso y siempre disponible: la presencia amorosa de María, que no deja de velar por nosotros como madre solícita. ¿Tienes una relación continua y confiada con la Virgen María o solo recuerdas su cercanía en los momentos de dolor o desesperación? ¿Estás dispuesto a acogerla en tu vida como madre, tal como lo hizo Juan bajo la cruz?