Santa Cecilia por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Los políticos (pseudo) católicos

Por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad. (Mt 23, 28)

Entonces Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! Con esto atestiguáis en vuestra contra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!». (Mt 23, 27-32)

 

El hipócrita contradice los mandamientos porque, al llevar a cabo sus acciones de devoción de manera formal, cree, erróneamente, que su conciencia está tranquila respecto a Dios. El comportamiento del hipócrita es incoherente porque, aparentemente, es devoto, pero en cambio es, fundamentalmente, un pecador. El testimonio del hipócrita es, en realidad, todo lo contrario a un testimonio, no solo porque no es creíble, sino porque es incluso perjudicial. Pongamos un ejemplo: pensemos en los políticos (de derechas, de izquierdas o de centro, no importa) que se autodenominan católicos solo porque van a Misa o porque tienen un rosario en la mano… Mirándoles se podría pensar que los católicos son así, pero en realidad su comportamiento es lo más alejado que hay del cristianismo.