Santo Tomás por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Los planes de Dios son de colores

Sin que él sepa cómo. (Mc 4,27)

Y decía: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra». Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado. (Mc 4,26-34)


El discípulo fiel a Jesús no suele comprender, sobre todo al principio, cómo se llevarán a cabo los proyectos divinos a los que Dios le llama, exactamente como el sembrador no sabe cómo la semilla que ha echado en la tierra crece para dar lugar a las plantas y a los frutos que espera recoger en el futuro. El discípulo fiel no desea cambiar los planes que Dios tiene para él, y sabe que los puede poner en práctica utilizando sabiamente los dones recibidos por Dios, en beneficio de todos.