Los pequeños como maestros
Se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado (Mt 18,13)
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Quién es el más importante en el Reino de los Cielos?»
Él llamó a un niño, lo puso en medio, y dijo:
«Os digo que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los Cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños».
(San Mateo 18, 1-5. 10. 12-14)
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Jesús señala a los niños como modelo y punto de referencia para los discípulos, para explicar quién es realmente grande en el reino de los cielos, cómo debe acogerse su mensaje y cómo debe transmitirse: con claridad, pero también con la coherencia sencilla y radical propia de los niños. Estos se convierten así en un signo que atrae a los pequeños, a los humildes, a los puros de corazón, a quienes nunca deben ser descuidados por los pastores. De hecho, a menudo los sacerdotes que saben comunicar el Evangelio a los más pequeños también logran tocar el corazón de los adultos en sus homilías. Para Jesús, solo quien se hace servidor de los pequeños puede ser considerado grande en su reino. Recemos, pues, por nuestros pastores, para que sigan siempre estas indicaciones. Y comprometámonos también nosotros a acoger lo que nos enseñan con la misma confianza que un niño tiene hacia sus padres. ¿Te has preguntado alguna vez si eres capaz de escuchar con sencillez y confianza la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia como lo hacen los niños?