La fe concreta
José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer (Mt 1,20)
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
(San Mateo 1,18-24)
José se encuentra ante una situación difícil: María está embarazada antes de ir a vivir con su esposo, y José, hombre justo, medita cómo actuar sin causar escándalo. Su primera reacción es prudente y respetuosa, pero no cierra su corazón al proyecto de Dios. La intervención del ángel en el sueño lo cambia todo: José recibe la confirmación de que la concepción es obra del Espíritu Santo y que el niño será el Salvador. La respuesta de José es inmediata y concreta: obedece y acoge a María, aceptando el misterio sin vacilar. ¿En qué momentos de tu vida te sientes llamado a confiar en Dios, incluso cuando no lo comprendes todo? ¿Qué decisiones puedes tomar hoy para acoger el plan de Dios en tu vida cotidiana?
