San Martín de Porres por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

La curiosidad no basta

¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas? (Lc 9,9)

En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba sobre Jesús y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Herodes se decía:
«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?».

Y tenía ganas de verlo.

(San Lucas 9,7-9)
 

Herodes, aunque impresionado por la figura de Juan Bautista, no logra transformarse interiormente. Su deseo de ver a Jesús nace más de una curiosidad humana que de una verdadera búsqueda de la fe. En algunos casos, esta curiosidad puede convertirse en un instrumento a través del cual Dios se acerca a quienes están lejos del camino de la salvación. Sin embargo, si se limita únicamente a la atracción por lo insólito o lo milagroso, corre el riesgo de convertirse en un obstáculo que impide reconocer y acoger la voluntad de Dios. Cuando buscas a Jesús, ¿lo haces por fe o solo por curiosidad? ¿Estás dispuesto a dejarte cambiar por lo que descubres de Él?