Jimmy Lai: por qué movilizarse por su liberación
El testimonio de su hijo Sebastien en la Jornada de la Brújula (Giornata della Bussola) supone un llamamiento a los gobiernos occidentales para que presionen a las autoridades chinas, pero también ha sido una oportunidad para comprender las raíces de la verdadera libertad, un tema que nos concierne a todos.
“Liberar a Jimmy Lai se ha convertido en una cuestión humanitaria y espero que la presión internacional convenza a las autoridades chinas para que lo hagan, incluso expulsándolo de Hong Kong”: este llamamiento se ha escuchado con fuerza el día de la Jornada de la Brújula (La Nuova Bussola Quotidiana en Italia), celebrado el sábado 25 de octubre en el marco de la Cascina La Lodovica de Oreno di Vimercate. Y su autor es Sebastien Lai, hijo del empresario y editor católico que lleva cinco años en prisión en Hong Kong por su lucha en defensa de la libertad y la democracia en la antigua colonia británica que volvió a estar bajo la autoridad china en 1997.
Del caso Jimmy Lai hemos hablado varias veces en la Brújula Cotidiana, incluido el último juicio al que ha sido sometido, por “colusión con potencias extranjeras”, cuyas audiencias terminaron el pasado mes de agosto y cuyo veredicto está pendiente. Nadie se hace ilusiones, “será declarado culpable”, teme Sebastien, lo que se traduce en una cadena perpetua que supone una auténtica sentencia de muerte. Porque Jimmy Lai cumplirá 78 años en diciembre, tiene problemas de diabetes, vive en aislamiento absoluto en una celda que en verano se convierte en un horno, con apenas 45 minutos al día de aire, y podemos imaginarnos la atención que se le presta a su salud.
El presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro británico Keir Starmer se han comprometido a a pedir su liberación, pero es necesario que otros gobiernos, incluido el italiano, hagan su parte y que la opinión pública de los países occidentales se movilice. Gracias a la Brújula Cotidiana, que ha invitado a Sebastien Lai a Italia, los principales periódicos nacionales han podido entrevistarlo y dar a conocer la historia y la situación de quien hemos definido como un “mártir de la verdad”.
Pero no podremos estar satisfechos hasta que se alcance el objetivo de su liberación, aunque sea a costa de abandonar Hong Kong. Lo cual no es poca cosa, ya que, como hemos contado, Jimmy Lai quiso en su momento quedarse en Hong Kong a sabiendas de que seguramente iría a la cárcel.
Y, a este respecto, le preguntamos a Sebastien el motivo de esta aparente contradicción: ¿Por qué hoy su padre aceptaría el exilio cuando podría haber abandonado Hong Kong tranquilamente hace cinco años, momento en el que se quedó y justificó su decisión con estas palabras: “Si me fuera, renunciaría no solo a mi destino, renunciaría a Dios, renunciaría a mi religión, renunciaría a lo que creo”?
“Las cosas han cambiado mucho en estos cinco años —nos explica Sebastien—: entonces mi padre se sentía responsable de todos sus periodistas y de quienes le seguían en su lucha por la libertad. Si se hubiera ido, les habría puesto en peligro, ya que el régimen habría centrado su ‘atención’ en ellos. Hoy en día es muy diferente: si Jimmy Lai abandonara Hong Kong, nadie correría peligro por ello”. Hay que recordar que en 2020 Hong Kong aún se encontraba en medio de grandes manifestaciones a favor de la democracia y, de hecho, Jimmy Lai y su periódico Apple Daily, que las autoridades cerraron por la fuerza en 2021, constituyeron una especie de pararrayos para las decenas y decenas de miles de manifestantes.
Pero la participación de Sebastien Lai en la Jornada de la Brújula ha puesto de relieve el aspecto decisivo por el que nos interesa especialmente su padre. Porque Jimmy Lai no es solo el símbolo de una lucha por la libertad o de un periodismo libre y contra el poder. No sería el único. Por poner un ejemplo, el 24 de octubre, en Viena, Jimmy Lai ha sido galardonado entre los “héroes de la prensa libre” junto con otros seis periodistas de varios países.
No faltan héroes, al contrario, hay muchas personas que se sacrifican por un buen ideal. Pero el caso de Jimmy Lai es diferente y todo está en la motivación del premio “Hechos por la Verdad” (“Fatti per la Verità”), que hemos creado este año y que le hemos concedido: “Desde el momento de su conversión al catolicismo, su lucha por la democracia y la libertad se ha convertido en un testimonio de la Verdad, hasta el punto de aceptar la cárcel. Un martirio aceptado con la conciencia de que la libertad no consiste ante todo en escapar de un poder totalitario, sino en dar testimonio y ser fiel a la Verdad”.
Lo que hace fascinante y ejemplar a esta figura es el hecho de que testimonia que los ideales, aunque justos, solo encuentran su verdadera dimensión y consistencia dentro de un horizonte más amplio que se abre a la eternidad; que el valor no es fruto del heroísmo de unos pocos, sino la fidelidad a la Verdad de uno mismo que cualquiera puede vivir; que la libertad no es simplemente un objetivo político, sino el resultado de pertenecer a Cristo. Y Sebastien, en el testimonio dado en la Jornada de la Brújula —que en los próximos días podrán volver a ver en nuestro canal de Youtube—, nos ha explicado cómo estos años de prisión han sido para su padre un tiempo en el que esta relación con Dios se ha vuelto más intensa y profunda, a través de la oración y la lectura del catecismo y de los santos.
La lucha por la libertad y la democracia, que nace ante todo como gratitud por lo recibido de Hong Kong, él que huyó de la China comunista cuando era niño, se ha transformado para Jimmy Lai en una participación en la cruz de Cristo. No es casualidad que el crucifijo sea el tema principal de los dibujos realizados en prisión por Jimmy Lai, hasta que le negaron también esta posibilidad, y no es casualidad que el crucifijo sea también el tema de la cerámica de la artista de Rimini Paola Ceccarelli, que constituye el premio “Hechos para la Verdad” que le ha sido otorgado.
