San Teófilo de Antioquía por Ermes Dovico
HONG KONG

Jimmy Lai, mártir por la verdad

Empresario y editor en Hong Kong, se convirtió al catolicismo y se convirtió en una espina clavada para el régimen comunista chino. Lleva cinco años en prisión, donde corre el riesgo de morir. Se le concede el premio “Fatti per la Verità” (Hechos para la Verdad), que se entregará durante la “Giornata della Bussola” el próximo 25 de octubre a su hijo Sebastien Lai.

Internacional 13_10_2025 Italiano English

A continuación el artículo publicado en el número de octubre de “La Bussola Mensile” (La Brújula Mensual) que describe la figura de Jimmy Lai, el empresario y editor encarcelado en Hong Kong por defender la democracia y la libertad de la antigua colonia británica. Se le concede el premio “Fatti per la Verità” que se entregará en la próxima “Giornata della Bussola” (Jornada de la Brújula), el 25 de octubre, a su hijo Sebastien Lai, que lidera una campaña internacional para pedir la liberación de su padre.

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“Si me fuera, renunciaría no solo a mi destino, sino que renunciaría a Dios, renunciaría a mi religión, renunciaría a lo que creo”. Así se expresaba Jimmy Lai a finales de 2020, tras decidir quedarse en Hong Kong a pesar de saber que las acusaciones formuladas contra él por las autoridades chinas en virtud de la nueva ley de seguridad nacional de Hong Kong le llevarían a la cárcel. Jimmy Lai, empresario y editor, es ciudadano británico, por lo que habría tenido la oportunidad de volar fácilmente al Reino Unido; sin embargo, decidió quedarse para ser fiel a su vocación de católico y defensor de la democracia. “Llegué aquí sin nada, la libertad de este lugar me lo ha dado todo... Quizás ha llegado el momento de devolver esta libertad luchando por ella”, había asegurado años antes en una entrevista con la Agence France Presse.

Jimmy Lai nació en 1947 en Guangzhou, en el sur de China, en plena guerra civil. Con la victoria de los comunistas de Mao en 1949 su acomodada familia se encontró en la pobreza. A los 12 años huyó solo a Hong Kong, entonces colonia británica, donde comenzó a trabajar en una empresa textil. A partir de ahí comenzó su ascenso: se convirtió en gerente y luego creó su propia marca de calidad, Giordano, que tuvo un gran éxito en toda Asia. Invirtió los beneficios de su empresa en la fundación de un grupo editorial, Next Digital, que en poco tiempo se convirtió en el número uno de la colonia británica, con su revista semanal digital Next y el diario Apple Daily (en chino), fundado en 1995. Con la proximidad del traspaso de Hong Kong del Reino Unido a China (que tuvo lugar el 1 de julio de 1997), los periódicos de Jimmy Lai —que ya se había convertido en un crítico abierto del Gobierno chino tras la masacre de la plaza de Tiananmen, el 4 de junio de 1989— se convirtieron en el punto de referencia para la defensa de la democracia y la libertad en Hong Kong.

Pero en ese mismo periodo, gracias a la fe de su esposa Teresa, comienza un camino de acercamiento a la Iglesia católica acompañado por el obispo emérito de Hong Kong, el cardenal Joseph Zen, que culminó con su bautismo en 1997.

Éste es sin duda el momento crucial de su vida: la fe ilumina lo que es y da un nuevo significado a su profesión y a su lucha civil, acompañado y apoyado por ese otro gran testigo de la fe que es precisamente el cardenal Zen: “Yo soy lo que creo, no puedo cambiarlo. Y si no puedo cambiarlo, debo aceptar con orgullo mi destino”.

Así, Jimmy se convierte en una espina clavada para el régimen chino, que entretanto viola los acuerdos con el Reino Unido que preveían el mantenimiento de las condiciones de democracia y libertad en Hong Kong durante 50 años (el lema era “Un país, dos sistemas”), y en su lugar aprieta el cerco sobre el antiguo territorio británico. El crecimiento y la explosión del movimiento democrático, con grandes manifestaciones masivas en 2019 y 2020, lo convierten en protagonista, pero la aprobación de la nueva Ley de Seguridad Nacional en 2020, aplicada retroactivamente en su contra, lo lleva a la cárcel ya en diciembre de ese año, acusado primero de fraude y luego de conspiración y colusión con fuerzas extranjeras.

Su imperio editorial queda definitivamente destruido en 2021 con el cierre forzoso de Apple Daily. Y mientras languidece en prisión entre varios juicios y aplazamientos estratégicos, en un aislamiento solo roto por las visitas periódicas que se le conceden a sus familiares y al cardenal Zen, su salud empeora hasta tal punto que su hijo Sebastien llega a afirmar que esta detención es “como una sentencia de muerte”.

Jimmy Lai sigue a la espera de la sentencia del último juicio por conspiración, cuyas audiencias han concluido el pasado mes de agosto. Pero las esperanzas de una absolución son prácticamente nulas, y Jimmy Lai, hoy con 78 años, siempre ha sido consciente de que iba a correr esta suerte, un martirio aceptado con la conciencia de que la libertad no consiste ante todo en escapar de un poder totalitario, sino en dar testimonio y ser fiel a la Verdad.

Por lo tanto, queda claro por qué la Bussola ha decidido otorgarle el premio “Fatti per la Verità” (Hechos para la verdad), creado para la ocasión y que se entregará el 25 de octubre, Giornata della Bussola, cuyo tema será “La mirada fija en Dios”. Lo recibirá, en su nombre, su hijo Sebastien Lai, residente en Taiwán, que lidera una campaña de opinión para la liberación de su padre. Solo una movilización de la opinión pública internacional, además de los gobiernos de los países más influyentes, podría empujar al Gobierno chino a ponerlo en libertad, tal vez expulsándolo de Hong Kong.

“Hechos para la Verdad” es el lema que figura debajo del encabezamiento de la Nuova Bussola Quotidiana y tiene un doble significado en relación con nuestro periódico: en un sentido, “hechos” se refiere a las noticias, que por lo tanto se leen a partir de criterios de fe y orientadas a lo que da sentido a nuestra vida. En otro sentido, “hechos” es el participio pasado que indica nuestra naturaleza como hombres: estamos hechos para la Verdad, estamos hechos para Cristo; y nuestra existencia, al igual que toda la historia, encuentra sentido en Él.

Jimmy Lai encarna este lema en su propia carne, primero como editor y luego como hombre que vive y da su vida en nombre de la Verdad. Lo que a los ojos del mundo pasa simplemente como una batalla en nombre de la democracia y la libertad, tiene en realidad un horizonte y un significado mucho más amplio: es la batalla de la Verdad contra la mentira, del hombre con “la mirada fija en Dios” contra un Poder que quiere impedirle levantar la mirada del suelo, del hombre que proclama su pertenencia a Cristo contra la pretensión diabólica de convertirlo en esclavo de los hombres.

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