San Columbano por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Hágase tu voluntad

El que quiera servirme, que me siga. (Jn 12,26)

«En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará». (Jn 12,24-26)

 

Todos nosotros moriremos un día. Es un hecho cierto. El problema es que tendemos a olvidarlo para poder hacer lo que nos da la gana, en vez de hacer la voluntad de Dios. Jesús, en esta parábola, no habla de la muerte terrenal, sino de mortificar nuestra voluntad humana, que debe siempre obedecer a la divina. Jesús nos lo puede pedir porque nos ha dado el ejemplo cumpliendo en todo la voluntad de su Padre. Cuando recitamos el Padrenuestro, pongamos especial atención a las palabras “Hágase Tu voluntad” y pensemos en un propósito concreto para cumplir hoy su voluntad aunque, y sobre todo, si no coincide con la nuestra.