San Columbano por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Hablar de Dios

Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos. (Mc 7,37)

Dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano. Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá (esto es, «ábrete»). Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».(Mc 7, 31-37)


Normalmente los mudos son también sordos. Al no poder escuchar, no son capaces de hablar. Curando al sordomudo, Jesús nos enseña que quien quiere hablar de Dios, primero debe escuchar su palabra. Obviamente, no basta solo con escucharla, sino que hay que aceptarla por lo que es: la palabra de Dios. Antes de hablar de Dios, ¿has escuchado bien su palabra? Además de escucharla, ¿la has meditado en silencio para permitir que Dios hable a tu corazón?