Enseñar la verdad
¿Con qué autoridad haces esto? (Mt 21,23)
Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?». Jesús les replicó: «Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?». Ellos se pusieron a deliberar: «Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le habéis creído?”. Si le decimos “de los hombres”, tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta». Y respondieron a Jesús: «No sabemos». Él, por su parte, les dijo: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto». (Mt 21,23-27)
Santo Tomás de Aquino afirmaba que la verdad es revelada por la inteligencia aplicada a la realidad. ¿Y quién, además de Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, es capaz de comprender y enseñar la verdad? La autoridad de su enseñanza es dada por el hecho de que también es Dios, no porque los hombres le acepten más o no. Lo mismo les sucede a las personas que son llamadas a enseñar, como maestros, sacerdotes, padres, etc. No basta tener un trozo de papel, es decir, la autorización por parte del Estado, para ser un buen profesor: solo lo es quien enseña la verdad. Pidamos entonces al Señor que podamos descubrir Su verdad, de manera que cuando estemos llamados a enseñar a alguien podamos ser sus dóciles instrumentos, en vez de contaminar los discursos con nuestros errores.