Santa Inés de Montepulciano por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

En las pruebas de la vida

Mirarán al que traspasaron. (Jn 19,37)

Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron». (Jn 19,31-37)


El Evangelio anuncia un hecho histórico bien documentado: Jesús estaba verdaderamente en esa cruz, a la cual se ofreció libremente y en la que murió de verdad. Para vencer la desesperación originada por el pecado, Jesús está y seguirá estando, inocente, en nuestras cruces personales. Agradecidos por este inmenso y desmerecido don queremos dirigir, especialmente durante las pruebas de la vida, nuestra mirada a Jesús, al que hemos atravesado con nuestro pecado.