San Gaudencio de Brescia por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

El tiempo de la conversión

Si no os convertís, todos pereceréis lo mismo (Lc 13,3)

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Jesús respondió:
«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».

Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador:
“Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”.

Pero el viñador respondió:
“Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

(San Lucas 13,1-9)
 

Jesús invita a no juzgar las desgracias ajenas (la masacre de los galileos y el derrumbe de la torre de Siloé), sino a convertirse, porque cada vida tiene un tiempo precioso para dar fruto. He aquí dos de sus enseñanzas: el rechazo de la idea de que las desgracias son castigos divinos y la llamada urgente a la conversión. La parábola de la higuera estéril explica con lenguaje figurado que Dios espera pacientemente a que el hombre dé fruto, le ofrece tiempo y cuidados, pero no infinitamente. La misericordia no es indiferencia, sino una oportunidad dada para que el corazón cambie de verdad. El viñador que intercede es una figura de la paciencia divina y del mismo Cristo, que pide tiempo para nuestra conversión y trabaja la tierra de nuestro corazón. ¿Te reconoces en ese higuero que lucha por dar fruto? ¿Qué frutos concretos de conversión deseas dar hoy en tu vida?