San Josafat Kuncewycz por Ermes Dovico
LEÓN XIV

El "remedio Prevost" para la Curia comienza con la Casa Pontificia

Sucesión controlada en la oficina que gestiona la agenda papal con el nombramiento de un agustino como vicerregente. Pero los cambios más importantes se han reservado para la Tercera Logia, donde se perfila la salida de escena del sustituto Peña Parra.

Ecclesia 12_11_2025 Italiano English

¿León XIV empieza a cogerle el gusto? El reciente nombramiento del padre Edward Daniang Daleng como vicerregente de la Prefectura de la Casa Pontificia deja entrever una nueva fase del pontificado en la que la huella del Papa será más visible. El nombramiento de un agustino en el organismo “dueño” de la agenda papal da a entender que Prevost pretende empezar a moldear la Curia con personas en las que tiene plena confianza.

Poco después de la elección, algunos amigos sugirieron a su antiguo superior que involucrara a algunos hermanos en la gestión de las audiencias públicas y privadas. Pero León XIV se tomó su tiempo y, en estos seis meses, ha confiado mucho en la experiencia de monseñor Leonardo Sapienza. Gracias a las décadas que pasó en ese cargo, primero como ayudante de monseñor Paolo de Nicolò y luego como su sucesor como regente, el culto religioso ha dado seguridad al nuevo Papa, introduciéndolo de alguna manera en el “oficio” más complicado del mundo.

El nombramiento del agustino nigeriano como vicerregente abre ahora las puertas a una sucesión controlada en un cargo de importancia estratégica. Al elegirlo, León XIV devuelve un poco de África al corazón de la Curia tras los años de escasez bergogliana. Sin embargo, el padre Eddy —tal y como lo llaman quienes lo conocen— no es un principiante y ya conoce Roma mejor que Nigeria, a pesar de haber viajado mucho durante los años en que fue asistente general para África de la Orden. Su nombramiento también permite disipar la ligera decepción que circuló después de que Prevost no eligiera a un agustino como su segundo secretario. León lo conoce muy bien y confía en él, ya que lo quiso como asistente al comienzo de su segundo mandato como prior general de la Orden.

Pero lo que ocurre en la Prefectura de la Casa Pontificia es una sacudida de asentamiento comparada con los movimientos telúricos que se anuncian en la Secretaría de Estado. El terremoto comenzó con la expulsión del ultrabergogliano Roberto Campisi, primer asesor en abandonar el Palacio Apostólico sin ordenación episcopal. A la espera de ver si la temporada de Pietro Parolin continuará más allá de la prórroga donec aliter provideatur, la permanencia de monseñor Edgar Peña Parra en el cargo que fue de Giovanni Battista Montini parece estar llegando a su fin.

Los rumores vaticanos coinciden en informar de la inminente salida de escena del sustituto venezolano. El nombramiento de Peña Parra había sido uno de los más controvertidos de Francisco, pero con el tiempo el prelado había logrado hábilmente desmarcarse del círculo mágico bergogliano, hasta el punto de acabar durante un tiempo en la pizarra de los “malos” en Santa Marta. Quienes habían pronosticado su inmediata destitución tras la elección de Prevost quedaron decepcionados, pero ahora las cosas parecen haber cambiado hasta tal punto que no sería previsible una “despedida” cardenalicia para el sucesor de Angelo Becciu. Según se filtra desde los Sacros Santos Palacios, su próximo destino tras la Tercera Logia podría ser incluso una nunciatura. León XIV sabe que la confianza en su sustituto se está agotando y más de uno empieza a quejarse de la supuesta lentitud en las decisiones del nuevo Papa.

La convocatoria del consistorio extraordinario demuestra la voluntad de León de cumplir lo prometido a los cardenales en la nueva Sala del Sínodo durante la primera reunión tras la elección. Es de suponer que los principales colaboradores del Papa, que han recuperado su papel tras el paréntesis bergogliano, no dejarán de animar a León a acelerar los procesos decisorios que se consideran necesarios para restablecer la normalidad en el gobierno de la Iglesia.