San Columbano por Ermes Dovico
LA ENTREVISTA

"El lugar de la Pachamama está en el infierno, por eso quemé ese ídolo"

"Quemé la Pachamama para ponerla en su lugar, en el fuego del infierno". Por primera vez en Europa habla a La Nuova BQ el padre Hugo Valdemar, el sacerdote mexicano que se hizo viral en internet por haber quemado tres reproducciones de Pachamama. "Los fieles se escandalizaron por lo que vieron durante el Sínodo. Fue una ofensa al primer mandamiento". Luego sobre los frutos de la Teología de la Liberación dice: Es culpable de la secularización de Latinoamérica porque ha vaciado la fe y ha favorecido el desplazamiento de los católicos a sectas protestantes".

Ecclesia 21_11_2019

Mientras se espera el documento postsinodal que el Papa Francisco prometió publicar antes de que termine el año, el debate en torno al Sínodo para la Amazonía está más vigente que nunca, pues el mismo desvelaría la decisión final del pontífice en cuanto a los tres “puntos de la discordia” propuestos por la Asamblea Sinodal: la ordenación de hombres casados, el diaconado femenino y la elaboración de un rito amazónico proprio. “Tres graves aberraciones que dividen a los católicos y que esperamos que el Papa no ceda a semejante barbaridad”, afirmó el padre Hugo Valdemar, canónico penitenciario de la Arquidiócesis Primada de México, en un video publicado el pasado 04 de noviembre en el periódico “ContraRéplica”.

Fue el sínodo del “escándalo” y de la “división”, indicó el P. Valdemar en el video.  “No pasará a la historia por sus aportes pastorales para la evangelización de esa zona (la Amazonía), ya mayoritariamente protestante, a causa del abandono de una verdadera misión y evangelización por una labor más bien social, que sigue siendo un laboratorio de la peste de la Teología de la Liberación, que lo único de lo que ha liberado a los nativos es de la fe católica”.

Un día antes se había hecho viral en las redes sociales un video del padre Hugo Valdemar, en donde quemaba tres imágenes de “Pachamama” junto a un grupo de fieles, como acto de protesta contra la utilización de los símbolos amazónicos en Vaticano durante el Sínodo. Un gesto impactante realizado por un sacerdote con gran relevancia en la nación latinoamericana, pues durante 15 años fue portavoz de la arquidiócesis de México, durante el gobierno pastoral del Cardenal Norberto Rivera. La Nuova BQ lo entrevistó para conocer sus motivaciones.  

¿Qué lo impulsó a realizar este gesto tan fuerte contra Pachamama? 
Mientras se llevaba a cabo en Roma el sínodo del Amazonas, muchas personas se acercaron a mí escandalizadas, heridas y enojadas por los varios actos de culto idolatra realizados a la diosa andina Pachamama y a otros fetiches amazónicos. Fue una gravísima ofensa al primer mandamiento y a la santidad de Dios, por eso decidí hacer con los fieles de mi parroquia un acto de desagravio en el interior del templo y afuera unas peticiones de perdón, con la quema pública de 3 imágenes de Pachamama. Fue una manera de ponerla en su lugar, que es en el fuego del infierno.

¿En qué consiste realmente este culto a Pachamama?
Cómo sabemos, ni siquiera es una deidad amazónica, sino andina, y es la divinización de la tierra, como si fuera un ser animado y divino, una persona a la que se le pide y se le rinde culto; lo cual es una superstición propia del pensamiento mágico, pero nunca justificable desde la razón y desde la fe cristiana. Si Pachamama es una deidad indígena, no tiene cabida en un templo cristiano, es tanto como introducir una imagen de Satanás, eso es sacrílego y blasfemo.

Y justamente en el video de la quema, usted calificó de “acto sacrílego” lo sucedido en los jardines vaticanos y de “profanación” la ceremonia realizada con los símbolos amazónicos dentro de la Basílica de San Pedro, bajo estas premisas ¿cómo ve la decisión del Sínodo de dar luz verde a la creación de un “rito amazónico”?
Sería algo gravísimo, sería querer dar culto a Dios y al diablo al mismo tiempo. Una verdadera inculturación supone primero una purificación de los elementos culturales, cosa que ni siquiera se mencionó en el Sínodo. Lo que se pretende es un sincretismo blasfemo e idolátrico, que atenta contra la fe de la Iglesia que adora a un Único Dios Verdadero en sus Tres personas divinas, pero jamás rinde adoración a las creaturas ni consiente el pensamiento mágico y supersticioso.

En cambio, para el Vaticano Pachamama “representaba la vida, la fragilidad y la madre tierra”, de acuerdo con las declaraciones de Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano…
Fue una explicación del todo insuficiente que no pudo quitar la acusación de idolatría. Ahí están los videos y las imágenes donde se rinde un verdadero culto de adoración. Me pregunto, ¿se puede negar la evidencia? Las imágenes son clarísimas y devastadoras, y no son de un solo acto, este escandaloso culto se prolongó por días en la iglesia de Santa María Traspontina, la Conferencia Episcopal Italiana le compuso una oración y hay intención de propagar su culto, lo cual es condenable.

Pero, el Osservatore Romano y las voces oficiales de la Santa Sede sostienen que no hay idolatría hacia Pachamama porque es un simple símbolo de una cultura, ¿qué opina?
Si delante de un símbolo se rinden danzas cultuales, se hacen oraciones, invocaciones, y se le adora de rodillas hasta tocar la cabeza en el suelo, entonces se le considera un símbolo divino y por lo tanto es un acto abominable de idolatría. Los católicos somos personas pensantes, no pueden ofender la inteligencia de los fieles con esas explicaciones tan débiles e insostenibles. 

Hay quien comparan la Pachamama con la Virgen de Guadalupe, ¿es posible esta comparación? 
Semejante comparación además de ignorante es blasfema, la santísima Virgen de Guadalupe cuando se aparece se presenta como la verdadera madre de Dios, nunca como si ella fuera una deidad. La Virgen trae a Jesús en su seno porque lo porta a los pueblos del continente americano, con el mensaje del Evangelio vino a combatir la idolatría, la superstición, el culto diabólico a los ídolos y los sacrificios humanos. Vino a reconciliar a dos pueblos y culturas, pero nunca divinizó los ídolos aztecas o los integró a su mensaje.

¿Qué piensa de esta casi demonización de la primera evangelización de América Latina?
Es fruto de la ignorancia, pero sobre todo de una mentalidad insostenible, la del buen salvaje, como si el mundo indígena viviera en perfecta armonía entre los pueblos y con la naturaleza, cuando sucede todo lo contrario. Al menos en México los pueblos indígenas vivían en interminables guerras, los aztecas eran crueles, sacrificaban cada año a miles de personas y tenían sometidos a otros pueblos. De hecho, la conquista la hicieron los españoles, pero ayudados por miles de indígenas que estaban cansados de la opresión y crueldad de los aztecas. Los misioneros hicieron una labor titánica, fueron hombres llenos de fe. Gracias a ellos hoy conocemos sus culturas, sus lenguas y sus tradiciones. Los misioneros llegaron para evangelizar, para civilizar, para traernos lo más valioso que es la fe católica, les debemos estar eternamente agradecidos. 

¿Cuál es el desafío más importante que tienen hoy los católicos en América Latina?
Tenemos necesidad de una evangelización más profunda, de volver a la fe católica en su integridad. La teología de la liberación es la culpable de la secularización de muchos países y sobre todo del cambio de los fieles católicos a otras sectas protestantes, porque esos grupos ofrecen el Evangelio, la trascendencia, la vivencia de la caridad. Mientras la teología de la liberación vacío de contenido la fe, la politizó y ahora es el instrumento para reinstaurar la idolatría y la superstición.

¿Y el desafío de los católicos mexicanos?
Dar profundidad y un verdadero sentido evangélico a la enorme religiosidad popular que tiene nuestro pueblo. Hacer compatibles la fe y la vida, hacer de la fe un verdadero encuentro con Jesús que hace incompatible la desigualdad, la corrupción, la violencia, el egoísmo. Es decir, lo que hace falta es una profunda evangelización.