Santa Cecilia por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

El cristiano moderado es amado por el mundo

Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. (Jn 15,18)

«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió». (Jn 15,18-21)


Los cristianos están llamados a ser la sal del mundo. La sal se usaba para curar las heridas. Como sabemos, la sal quema, pero conserva y defiende de la suciedad. Por esto su ardor inicial puede  provocar rechazo por el herido, al menos inicialmente. Si los cristianos se conforman con la mentalidad mundana, que justifica el pecado, serán bien queridos por todos y no correrán el riesgo de ninguna persecución, ni grande ni pequeña. A ninguno le gusta ser perseguido, ni siquiera a Jesús. Pero es necesario el ardor de la persecución para ser fieles a Dios, que ha venido entre los suyos, que no le han acogido. Y nosotros, ¿a quién nos queremos parecer? ¿A los cristianos moderados y por esto bienqueridos por el mundo, o a Cristo, que por el Bien y la Verdad ha aceptado ser maltratado e incomprendido?