Viernes Santo por Ermes Dovico
LA IGLESIA DE PACHAMAMA

Coronavirus y ecología, Vatican News no nos engaña

El artículo publicado y luego eliminado de la edición en inglés de Vatican News, que consideraba los efectos beneficiosos del coronavirus en la Tierra, no fue un simple accidente. El autor del artículo es un joven jesuita nigeriano que solo ha sintetizado lo que durante años ha escuchado en su Compañía y en el Vaticano.

Ecclesia 04_04_2020 Italiano English

No, no fue solo un accidente periodístico como puede suceder a cualquiera, por el apuro, falta de control, editor poco competente, etc. No, la publicación en la edición en inglés del 30 de marzo de Vatican News del artículo del padre jesuita Benedict Mayaki, que alaba el bien que el coronavirus le está haciendo a la Tierra, es mucho más que un accidente: es la consecuencia lógica de la deriva ecologista inspirada por este pontificado. El hecho de que el artículo fuera luego retirado al día siguiente, debido a las numerosas protestas vibrantes, no quita que lo que escribió el padre Mayaki sea perfectamente coherente con el ecologismo que hoy está tan de moda en la Iglesia: desde la referencia a la encíclica Laudato Si' (que el propio Mayaki explica), a la oración a Pachamama; desde el panteísmo exaltado en las conclusiones del Sínodo sobre la Amazonia, hasta los continuos obsequios a la Madre Tierra que nos llegan de tantos prelados.

¿Qué dice el padre Mayaki en el artículo incriminado? En síntesis, sostiene que, aunque el mundo está justamente preocupado por el coronavirus, se debe considerar que la detención de las actividades humanas ha traído grandes beneficios a la Tierra, que así tiene la oportunidad de sanar. Para poder demostrar esta tesis, inventa un poco o cita al azar, tomando de los artículos de los periódicos: habla sobre el regreso de peces y cisnes a Venecia, el aire que se ha vuelto saludable en Hong Kong, la reducción de la concentración de dióxido de nitrógeno en los cielos chinos relacionándolos (no se sabe cómo) con las emisiones de dióxido de carbono; el gran bien que hace al aire el stop del transporte aéreo: aviones, barcos y automóviles (especialmente los primeros). Todo para poder decir que debemos aprender la lección y convertirnos a la sostenibilidad. ¿Qué significa eso? Teniendo en cuenta los ejemplos reportados, uno tiene la impresión de que “quedarse en casa” sea la palabra clave que debería durar mucho más que la infección Covid-19. No es casualidad que el padre Mayaki termine citando la encíclica Laudato Si', cuando denuncia los efectos devastadores para el planeta de la actividad humana: “Nunca habíamos maltratado y ofendido nuestra casa común como en los últimos dos siglos” (n. 53).

Entendemos el escándalo que provocó este artículo mientras que en tantos países se hace el conteo de los muertos, pero hay que admitir que la tesis no es nueva en Vaticano. Además, el padre Mayaki no es un experto en el tema, pero su tesis encontró ocasional y desafortunadamente espacio en Vatican News. En cambio, es un joven sacerdote nigeriano, ordenado hace apenas dos años y que desde hace mes y medio ha sido el redactor de la edición en inglés de Vatican News. Es decir, el clásico joven entusiasta que simplemente escribió lo que aprendió por primera vez en la Compañía de Jesús, que desde hace diez años ha colocado a la ecología en el centro de su apostolado. Es desde 2010 que se agregó la ecología a nombre de la Secretaría de los jesuitas para la Justicia Social; y un año después, el grupo de trabajo internacional especialmente establecido publicó el documento “Recomponiendo un mundo destrozado”, en el que encontramos todos los lugares comunes de la ecología, incluso del indigenismo, sin mencionar el tema del cambio climático.

Es un enfoque que encontramos en este pontificado, que informa la Laudato Si' y que se encuentra a si mismo en los contenidos que caracterizaron el Sínodo sobre la Amazonia. El pobre padre Mayaki solo ha respirado esta mentalidad al máximo y la ha ingenuamente declinada en la actualidad. Simplemente eligió el momento equivocado. Hubiera esperado unos meses, cuando haya terminado la emergencia, habría sido aclamado como un gran pensador.

Por otra parte, bestialidades aún más explicitas fueron dichas y escritas en las pasadas semanas por Leonardo Boff, un exsacerdote y teólogo de la liberación, electrocutado en el camino de la ecología y reclutado por el Papa Francisco como el inspirador de Laudato Si'. En un artículo reciente para la web “A terra è redonda”, traducido por Il Faro di Roma, afirmó que el coronavirus es “una represalia de Gaia por los delitos que continuamente le infligimos". Gaia, como se le conoce, es la diosa griega que personifica la Tierra y que fue descubierta por el científico James Lovelock para indicar la teoría de la Tierra como un super organismo viviente. E incluso más recientemente, el 26 de marzo, en Religiondigital, Boff comenzó de la siguiente manera: «La actual pandemia de coronavirus representa una oportunidad única para que reconsideremos nuestra forma de vivir en el hogar común, la forma en que producimos, consumimos y nos relacionamos con la naturaleza”.

Y también el cardenal austríaco Christoph Schönborn, muy apreciado por el Papa Francisco, habló en la misma onda en una entrevista televisiva del 22 de marzo. Pero qué castigo de Dios, explicó Schönborn, el verdadero pecado es ecológico: “¿Es realmente necesario volar a Londres para comprar? ¿Es realmente necesario tomar vacaciones en las Maldivas para Navidad? ¿Es realmente necesario cruzar 4.000 personas a bordo de un barco que contamina los mares en modo dramático? ¿Realmente necesitamos 200 mil aviones que navegan por los cielos todos los días?”. Nos preguntaremos: ¿qué tiene esto que ver con Covid-19? Y aquí está la respuesta del arzobispo de Viena: "Quizás Dios quiera recordarnos que nos confió la creación y no nos la dio para devastarla".

Entonces, ¿por qué indignarse por el artículo del pobre padre Mayaki? Solo ha reescrito, como un buen estudiante, lo que le enseñan continuamente y que en el Vaticano es muy apreciado si lo escriben personajes como Boff, Schönborn y otros. Tanto es así que el artículo del padre Mayaki no solo se publicó, sino que también fue tuiteado por Vatican News, y al final solo se eliminó después de casi un día.

Por esto suenan ridículas las palabras con las que la hermana Bernadette Reis, representante del idioma inglés en la Comisión Editorial de los Medios del Vaticano (CEM), quiso justificar la eliminación del artículo del sitio: «No refleja la línea editorial sobre este tema, como lo demuestran los cientos de artículos y entrevistas publicados en los últimos días en nuestro portal en todos los idiomas”. Y son un poco hipócritas las disculpas a los lectores que se sintieron “heridos en su sensibilidad”. Si las disculpas son sinceras, en el Vaticano deberían comenzar a reflexionar seriamente sobre el ecologismo que han abrazado como una nueva religión.