San Columbano por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Confirmar continuamente

Llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce. (Lc 6,13)

En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos. (Lc 6,12-19)


La llamada a la consagración total al Señor se pone a prueba en la fatiga de la cotidianidad. Por esto es necesario rezar por quienes dicen "sí" al Señor y dedican toda su vida a nuestro servicio en la Iglesia, evitando juzgarles como personas. Además, también los apóstoles abandonaron a Jesús durante la Pasión: uno de ellos lo negó y otro lo traicionó. Pero, después de Pentecostés, gracias a su anuncio, su sacrificio y al sacrificio de sus sucesores, incluidos nuestros obispos y sacerdotes, el Evangelio de Jesús ha llegado a nosotros.