Aquí abajo en esta tierra
Cien veces más, casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones. (Mc 10,30)
Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones- y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros». (Mc 10,28-31)
Los hombres no siempre acogerán con favor a los discípulos de Jesús; es más, a menudo serán perseguidos. Los cristianos son los más perseguidos en el mundo; de hecho, al menos el 75% de las personas asesinadas por causa de la fe son seguidores de Jesús. La inclinación al mal de los hombres hace difícil la conversión y, por consiguiente, es más cómodo callar a quienes proclaman el Evangelio que escucharlo. Pero cuando nosotros suframos por las persecuciones más o menos graves que nos encontraremos en la vida, acordémonos de que el Señor ha prometido recompensarnos ya en esta tierra con mucho más de lo que hemos abandonado por Él. La cercanía con Jesús es el premio que nos esperará para siempre en la vida eterna.