Santo Tomás por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Vivir con serenidad

Yo he venido al mundo como luz. (Jn 12,46)

Jesús gritó diciendo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. 49Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre». (Jn 12,44-50)


Jesús, Hijo de Dios, enseña a los hombres la voluntad divina y el verdadero amor de Dios, puesto que Él lo ha experimentado personalmente. Por tanto, seguir a Jesús nos permite vivir siempre en la Luz, es decir, en la serenidad. En cambio, quienes viven en las tinieblas no ven bien, no pueden más que tener miedo y angustia. Como decía san Agustín, nuestro corazón no tiene paz hasta que no descanse en Dios. Que no nos falte nunca la constancia de seguir a Jesús en el camino de la Luz.