Venezuela, donde los médicos mueren de Covid o son arrestados

“Las autoridades venezolanas niegan el número de trabajadores de la salud que han muerto a causa de COVID-19… El gobierno está siendo totalmente irresponsable”. Lo denunció este martes Erika Guevara-Rosas, directora para América de Amnistía Internacional.

¿Qué está sucediendo en Venezuela con el personal de salud? Decenas de médicos y enfermeros venezolanos están pagando con su propia vida la incapacidad del régimen de Nicolás Maduro para afrontar la pandemia. “Un poco más del 18% de los muertos que existen en Venezuela corresponden al sector médico y al sector salud un poco más del 25%”, denunció el Dr. Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana (FMV).

La noticia del fallecimiento del primer trabajador de la salud se conoció el pasado 16 de junio, cuando se reportó la muerte del Dr. Samuel Viloria, director del Hospital Universitario del Zulia. Desde entonces, han fallecido un total de 82 empleados sanitarios, según la organización “Médicos Unidos de Venezuela”. Pero los datos son aún más estremecedores, pues estas estadísticas confirman que cada 24 horas muere un trabajador del sector sanitario en la nación sudamericana.

La información también fue confirmada por el diputado José Manuel Olivares, quien es médico y es el Comisionado Presidencial para la Emergencia del gobierno interino de Juan Guaidó: “El personal de la salud en Venezuela tiene 30 veces más riesgo de infectarse. Tiene 11 más veces de morir por Covid-19”.

Y los datos reales de la pandemia en territorio venezolano son un misterio. El régimen intenta mostrar cifras que no corresponden con el comportamiento del virus chino en la región, por eso “tenemos estimado que el subregistro está alrededor del 60%. Estamos trabajando en profundidad para tener el número real. Ya estamos viendo el aumento de la mortalidad general y comienzan los fallecimientos y las actas de defunción en los hogares de los venezolanos”, indicó Olivares en un video que difundió en sus redes.

Estas altas cifras de mortalidad del personal sanitario en Venezuela es el resultado de dos décadas de Socialismo del Siglo XXI, que dejó tras de sí un sistema sanitario en ruinas. “En los hospitales no hay equipos de bioseguridad, en los hospitales no hay agua, no hay insumos”, afirmó Carlos Salazar, coordinador de la Coalición Sindical Nacional, denunciando además la inexistencia de los insumos que estarían entrando al país a través de la ayuda humanitaria.

“Yo no sé qué hace la Cruz Roja con los supuestos insumos que llegan, yo no sé qué hacen con la ayuda humanitaria que llega a Venezuela, pero en los hospitales no existe. Toda persona que entra a un hospital puede contagiarse de Coronavirus, toda persona que llegue a un hospital para que lo atiendan de otro tipo de enfermedad tiene el temor de contagiarse con el virus. Antes del Coronavirus los hospitales estaban en el piso; además, el personal médico está mal pagado, por eso se han ido del país, los enfermeros se han ido del país y, hay que estar atentos porque pretenden enfermeros exprés y médicos exprés”, puntualizó el dirigente sindical.

Al respecto, el presidente de la FMV destacó que esta situación ha obligado a los presidentes de los colegios de médicos a nivel nacional a exigir al gobierno de Nicolás Maduro la dotación definitiva y permanente de los 301 hospitales del territorio. “El 90% de los hospitales no tiene agua, no tiene jabón, no tiene detergentes. No hay implementos para asear las áreas públicas, ni siquiera los pómulos de las puertas. Y por supuesto, para el personal de salud, pedimos equipos de bioseguridad: lentes, mascarillas quirúrgicas especiales y no las de tela que está recomendando el gobierno, eso no sirve para nada”, señaló.

Mientras la pandemia avanza en tierras venezolanas, el régimen responde con represión y censura. “El ascenso de la enfermedad está llegando a un punto en donde va a rebasar el número de casos al número de pruebas que se pueden hacer por día. La verdad es que llegaron a su máxima capacidad de pruebas y van a intentar decirnos, decirle al mundo y a los venezolanos que hay un aplanamiento artificial”, alertó el diputado.

José Manuel Olivares se ha mantenido en primera línea denunciando las carencias del sector sanitario, lo cual le ha costado una aguerrida persecución que lo ha llevado al exilio. El pasado 24 de diciembre denunció amenazas a través de su cuenta Twitter: “Cuando Jorge Rodríguez coloca en televisión nacional esta foto (se refiere a su foto con la palabra “Se Busca”, ndA) ¿qué quiere decir? ¿Qué me busca para secuestrarme como a Juan Requesens? ¿Para torturarme o asesinarme como al Capitán Arévalo y Fernando Albán?”, comentó en un tuit.

Lo cierto es que la represión que una vez estaba reservada a los disidentes políticos, ahora también alcanzó al gremio médico. Según Amnistía Internacional, Venezuela es el único país de la región que ha detenido a trabajadores de la salud y los ha llevado ante tribunales militares y civiles. Hasta la fecha, al menos 12 trabajadores de la salud han sido detenidos durante la pandemia, incluidos muchos cuyo debido proceso ha sido violado al no ser informados de los cargos que se les imputan.

El presidente de la Federación Médica Venezolana confirmó que los trabajadores de la salud tienen mucho temor a decir lo que está pasando en los hospitales. “Es bien triste y bien complicado lo que está sucediendo, hay muchos pacientes con infección viral que no podemos comprobar realmente si es Covid-19, porque hay un solo centro nacional que da el diagnóstico y eso lo controla gobierno nacional. Realmente sí hay presiones en contra el sector salud para evitar que fluya la información de manera veraz y real”, dijo.

Oportuno recordar que el 50% de los médicos venezolanos escaparon del país, dejando a Venezuela con escasos recursos humanos para hacer frente a la pandemia. Un éxodo que se produjo en el contexto de la emergencia humanitaria y la crisis de derechos humanos que sufre el país desde hace algunos años y que ha hecho huir a 5,2 millones de personas. Los trabajadores de la salud que se quedaron ganan entre 4 y 18 dólares americanos al mes, y muchos han tenido que caminar más de 10 km para ir a trabajar, ya que no pueden pagar el transporte público o por la escasez de gasolina.