San Columbano por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Un día entero

Así que el Hijo del hombre es señor también del sábado. (Mc 2, 28)

Sucedió que un sábado atravesaba él un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas. Los fariseos le preguntan: «Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?». Él les responde: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, 26cómo entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él?». Y les decía: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado». (Mc 2,23-28)


Como el trabajo es una actividad que se hace en favor de los demás para extraer los medios para la supervivencia, la abstención de tal actividad tiene, entre sus objetivos principales, el de poderse dedicar al servicio de Dios mediante la escucha de la Voluntad, expresada en la Palabra  y en la obediencia y basada, a su vez, en una atenta meditación. El reposo semanal, es por lo tanto un día, una porción de tiempo para dedicar a Dios. Los discípulos de Jesús dedican su tiempo y energías, no a seguir a un hombre, sino a seguir al Cordero de Dios. Por esto, quien se dedica a Dios en la Persona de Jesús no cumple un acto profanador si recoge cuanto es necesario en la vida, sin sacar beneficio. Recordemos entonces que el domingo es un día para suspender las actividades ordinarias, y para dedicar al Señor y a su Voluntad todo el día, no sólo una hora, justo el tiempo para la misa.