“Soberana”, la vacuna para inocular el comunismo
Los medios italianos dieron espacio a Fabrizio Chiodo, un virólogo que trabaja en la producción de las dos vacunas del régimen cubano. Se define abiertamente comunista. En realidad, las vacunas se utilizarán “para crear relaciones económicas con cualquier país que quiera la vacuna”. Estos mensajes parecen parte de una estrategia de comunicación, que tiene como objetivo preparar a la opinión pública italiana para un posible acuerdo comercial entre el gobierno italiano y el régimen de Castro para la compra de la vacuna “Soberana”. Nada lejos de la realidad, si recordamos que el Movimiento 5 Estrellas está alineado con el castro-comunismo.
Desde el pasado mes de diciembre, Italia está bajo ataque del aparato propagandístico del régimen cubano, con la aparición en la escena mediática de Fabrizio Chiodo, el químico italiano que presuntamente formaría parte del grupo de científicos que en La Habana están trabajando en el desarrollo de la vacuna Soberana 01 y 02.
El italiano Fabrizio Chiodo, con sólo 35 años, ha ocupado los titulares de los principales medios italianos como el “único extranjero” que estaría participando en el desarrollo de las vacunas cubana desarrolladas por el Instituto Finlay de Vacunas. Sin embargo, llama la atención que no es el único extranjero que colabora en el proyecto, como lo han querido presentar los medios italianos, y sus declaraciones han sido más del tipo ideológico que científico; por lo que la Brújula Cotidiana lo contactó vía correo electrónico para entrevistarlo y el 23 de diciembre rechazó la entrevista alegando que no tenía muchas posibilidades de hablar. Mientras, no ha parado de dar entrevistas a los medios italianos, repitiendo sistemáticamente mensajes bien definidos pro régimen.
¿Pero que hay detrás de esta operación de propaganda? Para entenderlo, consideramos oportuno presentar un resumen de los mensajes que se han difundido en Italia sobre la vacuna Soberana, a través de las declaraciones de Fabrizio Chiodo.
¿Quién es Fabrizio Chiodo? Chiodo se ha declarado abiertamente “comunista” ante los medios y se presenta como un portavoz del Instituto Finlay, vinculado con el gobierno de Miguel Díaz-Canel. En una entrevista del pasado 07 de enero declaró al canal de televisión regional LaC News24 que “no soy un virólogo. Soy un químico que a puente con la inmunología diseña vacunas contra enfermedades infectivas, soy un investigador” (ver aquí). Y desde hace tan sólo 4 meses, desde octubre 2020, es Profesor asistente de investigación (Research Assistant Professor) del Consejo Nacional de Investigación de Italia (Consiglio Nazionale delle Ricerche, CNR), de acuerdo a la información publicada en su perfil en Linkedin. Además, en Twitter (ver aquí) se presenta como “Glyco-Scientist” y Profesor invitado de la Universidad de La Habana.
“Llegué hace poco a Pozzuoli, inicié a trabajar en octubre (en el CNR). Estoy muy contento de haber regresado después de 12 años en el exterior”, afirmó en una entrevista del 11 de enero a Radio Capital (ver aquí). Y precisó: “soy uno de los pocos extranjeros que colabora en dos de las cuatro vacunas en experimentación humana en Cuba contra el SARS-CoV-2”, confirmando que efectivamente no es el único extranjero que participa en el proyecto. Basta visitar la web del Instituto Finlay (ver aquí) para ver su nombre a la cabeza de la lista de 14 colaboradores internacionales.
Lo cierto es que Chiodo no ha estado físicamente en la Isla durante el desarrollo de las vacunas, de acuerdo a lo declarado a Radio Capital; y precisó que, aunque su vinculación es a distancia, colabora con el Instituto Finlay desde el año 2014. “Paso un mes al año (en Cuba) y soy profesor de la facultad de química en la Universidad de La Habana. Colaboro mucho haciendo experimentos aquí en Europa y hasta hace unos pocos meses trabajé por 7 años en Holanda”, dijo.
El inicio de la operación de propaganda lo marcó la entrevista publicada en el periódico comunista Il Manifesto el pasado 02 de diciembre (ver aquí), en donde Fabrizio Chiodo explicó el fundamento científico de las vacunas cubanas: “Soberana 1 consiste en una subunidad de la proteína ‘S’ del coronavirus administrada con una membrana meningocócica adyuvante. Es una técnica que ya se utilizó para la primera vacuna contra el meningococo tipo B y C y ya sabemos que se puede administrar desde los 3 meses de edad. Soberana 2 en cambio presenta la subunidad de la proteína Spike, ligada a la proteína del tétanos. Este es el mismo enfoque adoptado para la vacuna contra Haemophilus Influenzae tipo B, la primera vacuna conjugada sintética desarrollada comercialmente contra una bacteria que puede causar neumonía y meningitis. También en este caso, hay millones de niños ya vacunados con esta técnica”.
Para luego dar paso a los mensajes de promoción de la industria farmacéutica cubana: “Hoy, los institutos de investigación y las industrias biotecnológicas cubanas se agrupan bajo el paraguas de BioCubaFarma, un holding con más de veinte mil empleados, 60 plantas de producción y que exporta a 48 países. Cuba produce 8 de las 12 vacunas que entran en el programa nacional de inmunización”. Pero no dijo que la producción BioCubaFarma no satisface las necesidades de la población cubana, pues representa “el 57% del cuadro básico de medicamentos que necesita el país. Lo anterior significa que en el año faltaron, como promedio, 47 fármacos, ocho de ellos de la tarjeta de control que poseen aquellos pacientes aquejados de enfermedades crónicas”, según un artículo publicado por Cubanet el pasado 11 de marzo (ver aquí).
No faltaron las alabanzas de Chiodo sobre la gestión de la pandemia en Cuba: “las autoridades sanitarias inicialmente realizaron hisopos casa por casa, con un screening a fondo, logrando contenerla”. Un medio no ideologizado le hubiese preguntado al señor Chiodo cómo era posible tal screening de parte del régimen, si en la isla ni siquiera hay los recursos básicos de higiene personal como el agua y el jabón.
Las declaraciones también incluyen los mensajes claves de la diplomacia sanitaria cubana: “Cuba tiene el mayor número de médicos por habitante del mundo, según datos de la OMS”, repitió insistentemente en casi todas las entrevistas. “A lo largo de los años, los médicos cubanos presentes en todo el mundo, con las brigadas de solidaridad, han experimentado el ébola en África”, afirmó al periodista de La Repubblica (ver aquí).
Es el típico discurso oficialista castro-comunista para vender los servicios médicos de las brigadas cubanas, cuando la realidad que vive el pueblo cubano es muy diferente. Miles de presuntos médicos “son enviados a trabajar en el extranjero, mientras que en Cuba hay falta de personal y materiales, así como desmotivación e inexperiencia en muchos de los que permanecen sin ir a una misión”, aseguró un artículo de ADN Cuba (ver aquí). “Las quejas y denuncias contra instituciones sanitarias en la isla, son muchas y cada vez más visibles en las redes sociales. Contra el relato oficialista que llama a sacrificar libertades por una supuesta ‘salud gratis y de calidad’, entre otros dudosos ‘privilegios’ de vivir bajo el castrismo, muchos cubanos se preguntan qué se hace con las sumas millonarias de dólares que ingresa el régimen por su venta de servicios médicos a otros países”.
Pero lo preocupante no es que “Il Manifesto” haya dado espacio a un científico comunista que habla maravillas de Cuba, porque era totalmente previsible; lo grave es que este discurso comunista ha sido repetitivamente publicado y difundido en los principales medios italianos, incluso aquellos que son propiedad del Estado como Rai (ver aquí), vendiendo la imagen de una supuesta “arma socialista contra las multinacionales del fármaco”, resaltó el TGR de Sicilia.
¿A dónde se quiere llegar con esta operación de propaganda? La respuesta la encontramos en la entrevista que concedió el 11 de diciembre al medio comunista “Contropiano video”: las vacunas servirán “para crear relaciones económicas con cualquier país que quiera la vacuna” (ver aquí). Ante las evidencias se podría pensar que estos mensajes son parte de una estructurada campaña de propaganda que pretende preparar a la opinión pública italiana para un posible acuerdo comercial entre el gobierno italiano y el régimen castrista, para la compra de la vacuna “Soberana”. Nada alejado de la realidad si recordamos que el “Movimiento 5 Estrellas” está vinculado con el castro-comunismo.
No en vano Fabrizio Chiodo aseguró al periodista de LaC News24 que “el sistema va puesto en discusión”, recordando el concepto de la “hegemonía cultural de Gramsci”. Y justamente, el próximo 04 de febrero se llevará a cabo un evento para continuar la operación de propaganda comunista pero ahora reforzada con la plataforma del Consejo Nacional de Investigación de Italia (CNR) y con la presencia de la Agregada de Asuntos Científico-Técnicos de la Embajada de Cuba en Italia, Yadira Trujillo Pimentel (ver aquí).