Viernes Santo por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Si no han escuchado a Jesús

Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis. (Jn 5, 43)

Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis. Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?». (Jn 5, 31-47)


Jesús afirma que los hombres no pueden salvarse solos con sus buenas obras, sino que necesitan la ayuda que Dios les da a través de la Gracia. La Gracia ha venido al mundo a través de Jesús, que ha sido enviado para esto por el Padre. Pero los hombres no escuchan al Padre y, por tanto, al no creer en Jesús, transgreden los mandamientos y la Voluntad de Dios. Acordémonos bien de esto: si no han escuchado a Jesús… ¿por qué tendrían que escucharnos a nosotros?