Los santos están entre nosotros
¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres! (Lc 11,47)
Imposible salvarse sin mérito
Pero ¡ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! (Lc 11,42)
Los actos de devoción
Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato. (Lc 11,39)
No dejar escapar la Gracia
Esta generación es una generación perversa. (Lc 11,29)
El fin de los soberbios
Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! (Mc 10,24)
La verdadera belleza
Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen. (Lc 11,28)
Una ayuda constante
¿Cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden? (Lc 11,13)
Una ayuda constante
¿Cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden? (Lc 11,13)
Jesús pasa
María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada. (Lc 10,42)
El objetivo del Paraíso
¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer? (Mc 10,2)