San Higinio

Según la tradición se debe a él la institución de la figura del padrino y la madrina en el Bautismo

Santo del día 11_01_2020 Italiano

San Higinio, el noveno papa, subió al solio pontificio en el año 138, después de la muerte de san Telésforo que, según san Ireneo de Lyon (130-202), había sufrido un «glorioso martirio». Por el Liber Pontificalis se sabe que Higinio era originario de Atenas y es posible que a él se le deban la institución de los órdenes menores y una mejor definición de la jerarquía eclesiástica, distinguiendo más claramente entre los cargos de presbítero y diácono. Según cuanto refiere Ireneo en su tratado Adversus haereses («Contras las herejías»), durante su pontificado llegó a Roma el egipcio Valentín, un hereje que inició una escuela gnóstica y, por tanto, de tipo esotérico, que consideraba la fe y el conocimiento prerrogativas de unos cuantos elegidos.

Siendo Higinio papa se estableció en Roma también el gnóstico sirio Cerdón, al que san Ireneo indicada como «predecesor de Marción», es decir, del heresiarca originario del Ponto que, en los años siguientes, «amplió la escuela [de Cerdón] con blasfemias impúdicas», rechazando el Antiguo Testamento y construyéndose una fe personal, formada por algunos pasajes del Nuevo Testamento de los que había eliminado, a propósito, todos los que contradecían su modo de ver las cosas (es decir, muchísimos, si pensamos en la cantidad de citas veterotestamentarias diseminadas en el Nuevo; basta decir que Marción eliminó prácticamente tres de los cuatro Evangelios). Higinio, por tanto, tuvo que enfrentarse a estos errores, confirmando en la fe a la comunidad cristiana.

Según la tradición se debe a él la institución de la figura del padrino y la madrina en el Bautismo. En su Storia Ecclesiastica, Eusebio de Cesarea refiere que Higinio murió tras cuatro años de pontificado, es decir, en el 142 (el Liber Pontificalis indica el 149), y tuvo como sucesor a san Pío I. Fue enterrado junto a san Pedro.