Santa Cecilia por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

¿Sabes de memoria las obras de misericordia?

Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. (Jn 8, 39)

Dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Le replicaron: «Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?». Jesús les contestó: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre». Ellos replicaron: «Nuestro padre es Abrahán». Jesús les dijo: «Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo Abrahán. 41Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre». Le replicaron: «Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios». Jesús les contestó: «Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió. (Jn 8, 31-42)


La fe y las obras: los verdaderos discípulos de Jesús no son aquellos que responden de sí mismos solo con la boca, sino también con las obras, exactamente como hizo Jesús que, al contrario que los falsos profetas, viene del Padre y las obras que realiza lo confirman. No hay enseñanza eficaz sin testimonio de vida. Repasamos las obras de misericordia corporales y espirituales para aplicarlas en nuestra vida. Y, si aún no las sabemos de memoria, leámoslas todas las tardes durante el examen de conciencia hasta que queden fijadas en nuestra vida.