Santo Tomás por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Perseverar

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. (Jn 6,56)

Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún. (Jn 6,52-59)


La débil voluntad humana no tiene por sí misma los recursos para estar predispuesta al bien; necesita de la ayuda de la gracia de Dios. El camino principal por el cual la gracia puede llegar a nosotros está constituido por los sacramentos. En particular, con la Eucaristia: nuestra alma se nutre del Cuerpo de Jesús y, de este modo, nuestra voluntad será capaz de perseverar heroicamente en el cumplimiento de la voluntad de Dios.