Permanecer fieles a la Verdad
No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. (Mt 5, 17)
No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. (Mt 5, 17-19)
La Palabra de Dios es Verdad. El Hijo, la Segunda Persona de la Trinidad, no ha venido para abolir el Antiguo Testamento, sino para llevarlo a cumplimiento. Por lo demás, la verdad, como tal, es como el oro y resistente al tiempo: no se puede convertir en falso hoy lo que, en el pasado, era verdad. Respecto a la verdad, solo se puede ahondar en ella, pero no puede contradecirse a ella misma. Debemos buscar siempre la Verdad, que es Jesús mismo, y una vez conocida tenemos el deber de permanecer fieles a la Verdad conocida.