Obediencia no solo formal
Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. (Mt 5, 22)
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la gehenna del fuego. Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo. . (Mt 5, 20-26)
Jesús llama a la conciencia de quien lo escucha, y por lo tanto también a la nuestra, para que nuestra observancia de Su enseñanza sea pura y desinteresada, recordando a todos que los mandamientos nos tienen que ayudar a amar a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y no son solo una obediencia formal. No hagamos que esta llamada sea vana.