Santa Isabel de Portugal por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

No podemos solos

Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera. (Mt 11, 30)

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera». (Mt 11, 28-30)


Cualquiera de nosotros, en esta vida, debe soportar pesos y superar pruebas. Pero lo peor que le puede ocurrir a un hombre es creer que la propia vida depende exclusivamente de uno mismo. En el momento del éxito humano tal convicción impulsa a la soberbia, pero cuando después hay que afrontar preocupaciones, adversidades y persecuciones el hombre se da cuenta de que no lo puede superar solo y entonces cae en la desesperación. Dirijamos cada día el corazón a Jesús, el único que puede dar vigor a nuestra vida.