Transfiguración del Señor por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Jesús, el cumplimiento de la promesa

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago (Lc 9,28)

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor.

De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».

No sabía lo que decía.

Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar la nube.

Y una voz desde la nube decía:
«Este es mi Hijo, el Elegido; escuchadlo».

Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de los que habían visto.

(San Lucas 9,28b-36)

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En el relato de la Transfiguración, Jesús aparece como el pleno realizador de las promesas contenidas en el Antiguo Testamento: Moisés encarna la Ley de Dios, Elías representa a los profetas. También hoy, nuestro camino hacia Jesús pasa por la observancia de los Mandamientos, que solo es posible gracias al don de la Gracia que el Espíritu Santo sigue ofreciéndonos, el mismo Espíritu que habló por boca de los profetas. Recurramos a Él en la oración, para que nos sostenga en nuestro camino hacia la autenticidad cristiana, capaces de vivir y transmitir la fe con la misma fuerza y convicción con que los apóstoles anunciaron a Cristo después de Pentecostés. ¿Cómo vives tu fidelidad a los Mandamientos en tu vida cotidiana? ¿Estás dispuesto a dar testimonio de Jesús con valentía en tu entorno?