Gothic, la primera revolución sexual es una película de terror
La película del director británico narra la primera revolución sexual de la historia, que -no por casualidad- acaba en muerte y da origen a la literatura de terror. Todo gira en torno a la estancia de cinco ingleses en Villa Diodati, a orillas del lago Lemán, en Suiza, en el verano de 1816. Entre ellos estaban los poetas Percy Bysshe Shelley y Lord George Byron...
Gothic (1986), película dirigida por el director británico Ken Russell, narra la primera revolución sexual de la historia y el nacimiento de la literatura de terror. Cuenta la estancia de cinco ingleses en Villa Diodati, en el lago de Ginebra (Suiza), en el verano de 1816.
El primero de ellos fue Percy Bysshe Shelley, vástago de una noble y rica familia inglesa, que asistió al Eton College, donde se aplicó más al estudio del ocultismo (y de las fuerzas ocultas de la naturaleza, como la electricidad) que a las materias curriculares. Expulsado de la universidad y a pesar de estar casado, Shelley se dedicó a compartir la cama con varias mujeres y algunos hombres. Al asistir a la casa de uno de sus maestros, el filósofo revolucionario William Godwin, conoció a sus tres hijastras, Claire, Mary y Fanny: estas últimas eran las hijas de Mary Wallstonecraft, considerada la primera feminista de la historia. Shelley le dijo a su inspirador que estaba enamorado de Mary (que entonces tenía 16 años), con la que, mientras tanto, se había embarcado en un romance (tenían sus citas en la tumba de la madre de Mary, Mary Wollstonecraft; tras leer pasajes escritos por la difunta, se entregaban a la pasión).
Oponiendose inicialmente a esta escandalosa relación, Godwin se dejó convencer por la oferta de dinero de Shelley. El poeta se llevó a Mary y a Claire y se embarcó en un viaje de seis semanas a Suiza (para decepción de Fanny, que también estaba enamorada del poeta). Claire, probablemente en competición con su hermana, invitó a un segundo poeta, con el que tenía un romance: Lord Byron.
George Gordon Byron, que sufría de “pie equino” y de repentinos ataques de ira, sufrió de niño abusos físicos por parte de la enfermera y abusos sexuales por parte del tutor que debía cuidarlo. Byron experimentó con relaciones sexuales tanto con hombres como con mujeres; entre ellas, Claire. Claire había tenido relaciones con Shelley y había concebido y abortado un hijo con él, pero Shelley había preferido a Mary y había presentado a Claire a Lord Byron. Los cuatro se reunieron en Villa Diodati, alquilada por Byron, que acudió en compañía de su secretario/médico/amante John William Polidori.
Los cinco pasaban el tiempo en sesiones de espiritismo, paseos, relaciones sexuales de todo tipo (Mary y Claire eran hermanas) y lectura, incluyendo las obras del abad Barruel. Fue Shelley, en particular, quien sugirió que el grupo leyera las obras del jesuita, especialmente la dedicada a los Illuminati de Baviera, una sociedad secreta que pretendía volver al “estado de naturaleza” liberando las pasiones y practicando los vicios. Evidentemente, mientras el abad Barruel pretendía desenmascarar y denunciar el proyecto de los Illuminati, Shelley pretendía proponerlo como modelo iniciático a sus amigos: la subversión del orden moral como preludio de la subversión del orden político. Exactamente: la primera revolución sexual de la historia. Sin embargo, la estancia de los cinco revolucionarios en Ginebra tuvo varias consecuencias. En primer lugar, fue allí donde vieron la luz dos cuentos góticos primordiales: el Frankenstein de Mary y El Vampiro de Polidori.
Algunos han visto en la figura de Viktor Frankenstein un retrato de Shelley, amante del ocultismo y el galvanismo, convencido de que para descubrir el secreto de la vida es necesario sumergirse en la muerte, la descomposición y la profanación. El Vampiro también parece ser un retrato de uno de los participantes en las reuniones de Villa Diodati. El vampiro, Lord Ruthven, más hambriento de sexo que de sangre, tiene la extraordinaria capacidad de sumir a todos los que se encuentran con él en un abismo de dolor, muerte y depravación moral. Es probable que Polidori quisiera vengarse de su infiel y cruel amante, Lord Byron, modelando en él el personaje del vampiro.
Una de las consecuencias de las noches en Villa Diodati fue la hija de Claire y Byron, Allegra, nacida en enero de 1817. Sin embargo, a su regreso de Suiza, el grupo fue recibido por dos suicidios: Fanny, la hermana de Mary y Claire, que se quitó la vida a los 22 años con láudano; y Harriett, la esposa de Shelley, que se suicidó a los 21 años arrojándose al río Serpentine. Shelley, ahora libre, pudo casarse con Mary. Polidori también se suicidó en 1821, a los 26 años.
¿Por qué la primera revolución sexual (al igual que las posteriores) tuvo como resultado el horror y la muerte? Para entenderlo, basta con recordar el segundo argumento tópico de Freud, según el cual el psiquismo se divide en ello, yo y superyó. El ello, la parte primitiva y original, es un “caldero de impulsos hirvientes”, en particular los impulsos sexuales y los impulsos de muerte; el yo se forma cuando la psique se enfrenta a la realidad y debe adoptar una apariencia civilizada y urbana; el superyó, el villano de la fábula freudiana, es la instancia moral rígida y represiva. La revolución sexual arrasa con las normas morales y religiosas que regulan la sexualidad humana; es decir, elimina el superyó para liberar las pulsiones sexuales del ello. El problema es que en el ello no sólo hay pulsiones sexuales; también hay pulsiones de muerte que en la literatura de terror toman la forma de monstruos (el monstruo de Frankenstein, el vampiro...). Eliminar el superyó significa, por tanto, dejar el campo abierto a la sexualidad no regulada... y al horror.