Experiencia, conocimiento y escucha
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. (Jn 1, 37)
Al día siguiente, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)». (Jn 1, 35-42)
El cristianismo se basa en el encuentro con Jesús, y ocurrió cuando los primeros discípulos empezaron a seguir al Señor por indicación de san Juan Bautista. También nosotros estamos llamados a conocerLe, sea directamente, sea mediante el testimonio de los Apóstoles, que nos han transmitido sus experiencias a través de la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición. El amor no puede prescindir de la experiencia, del conocimiento y de la escucha: no olvidemos nunca preservar estos tres aspectos de nuestra vida de Fe.