Ocultismo posmoderno

Eurovisión 2024: el satanismo se sirve en directo por televisión

En el concurso musical más importante de Europa, retransmitido también por la televisión pública, los pentáculos y las miradas diabólicas están presentes en la actuación de Bambie Thug. Pero los mensajes pro-Lgbt son suficientes para que la enésima normalización del infierno se transmita por las cadenas europeas.

Cine y tv 10_05_2024 Italiano English

Un pentáculo rodeado de un círculo de fuego y dos figuras con atuendos descaradamente satánicos. Ésta es la actuación en Eurovisión 2024, que se celebra estos días en Suecia, de la cantante irlandesa “Bambie Thug”, nacida como Bambie Ray Robinson en 1993, que compite con la canción “Doomsday Blue”. Y nos gustaría pararnos aquí, ya que las imágenes hablan por sí solas.

Todo ha tenido lugar a través de las televisiones públicas europeas: el Festival de Eurovisión es, de hecho, el certamen musical más popular del continente, en su 68ª edición y con la participación de 37 países. El espectáculo se repetirá previsiblemente en la final de mañana por la noche. Una vez más, los acontecimientos de masas creados con fines de entretenimiento sirven de escenario para mensajes bien distintos.

Más que una canción, la actuación de Bambie Thug suena a maldición, empezando por las palabras con las que se abre y concluye la canción, “Avada Kedavra”, que literalmente significa “maldición mortal”, traducida puntualmente en la segunda mitad del verso: “I speak to destroy”(hablo para matar). Y un poco más adelante dice: “Through twisted tongues, a hex deployed on you” (A través de lenguas retorcidas, una maldición cayó sobre ti). La expresión “Avada Kedavra” se ha extendido gracias a la saga Harry Potter, pero sus orígenes “se remontan a miles de años y en arameo significa ‘destruir’”, explica en la red social X, precisando que “de niña era fan de Harry Potter, pero obviamente como persona no binaria” no es fan en absoluto de Rowling, a la que en la jerga se refieren como “Terf”, o sea... transfóbica. Una de las pocas cosas claras del personaje es, en efecto, que es no-binaria. En resumen, es más rápido entender quién “no es” que quién es Bambie Thug. Empezando por señalar que no hay que dirigirse ni a ella ni a él, sino a “ellos” (they/them). Lo que la convierte, con razón, en un icono del mundo arco iris.

Bambie Thug no oculta su dedicación a la magia en una extensa entrevista que revela las múltiples facetas del personaje. Por otra parte, ella misma afirma, en relación con su música, haber acuñado el término “ouija pop” (la referencia es a la güija, la que se utiliza para las sesiones de espiritismo). El vídeo oficial de Doomsday Blue comienza con una “blaze bible”, una “biblia de fuego” (además de los símbolos ya mencionados al principio). En el vídeo de la canción Egregore –título tomado del mundo del ocultismo- tiene un aspecto no menos satánico, tomado del “diablo andrógino” Él/Him de la serie de animación Las supernenas y obviamente interpretado por ella: “Él también es totalmente andrógino, lo cual es gracioso porque su nombre es literalmente un pronombre de género”. Pero Him es también -señalan- “un acrónimo de His Infernal Majesty [Su Majestad Infernal]...”. “Y eso le hace aún mejor”, responde Bambie Thug, que confiesa a continuación su debilidad “por los villanos de los dibujos animados. Siento afinidad por ellos. Creo que los villanos son siempre los mejores personajes porque son atrevidos y extravagantes. Son ellos mismos sin complejos”. Y añade: “La gente dirá que soy una especie de adoradora de Satán por eso”. Efectivamente, surgen algunas dudas al respecto....

Pero volvamos a la pasión por el ocultismo, que surgió desde la infancia en un humus que mezclaba una visión mágica de la naturaleza y el folclore irlandés (además del Señor de los Anillos, para disgusto del católico Tolkien). “Cuando me mudé a Muswell Hill después de la universidad, me hice amiga de un grupo de mujeres brujas. Me tomaron bajo su protección cuando me sentía perdida. Meditábamos juntas y me presentaron los cristales”. ¿En qué cree? “Creo en la energía, el karma y la manifestación. Puedes provocar cambios en tu vida a través de tus palabras y acciones. Incluso si lo que intentas manifestar o para lo que lanzas un hechizo no vuelve a ti de la forma que esperabas, puede provocar un cambio en tu interior que sea efectivo. Hoy en día también tengo mucho cuidado con mis palabras, porque las palabras son hechizos”. “Las palabras tienen mucho poder”, explica, y nadie niega a priori que las palabras conlleven significados y acciones espirituales, pero lo que marca la diferencia es si vienen de arriba (bendiciones) o de abajo (maldiciones). Y a juzgar por las letras que compiten en Eurovisión, uno se inclina por la segunda hipótesis (como si no bastase su escenografía con la estrella de cinco puntas).

No falta nada en su arsenal: “También hago mucha magia con sellos”, dice. “Hay muchos sellos que se pueden utilizar, pero también he hecho el mío propio. El sello personal que uso me parece muy poderoso”. ¿Qué le falta? “También estoy aprendiendo a leer las cartas del tarot y hace tiempo hice un curso de Reiki”. Y después de tanta “espiritualidad”, la entrevista termina al grito de: “¡Derechos trans, ya!”. Y esto bastará para que ciertas cándidas almas progresistas acojan con los brazos abiertos la enésima “normalización” de elementos satánicos, en horario de máxima audiencia y durante un evento musical retransmitido internacionalmente, cuyos organizadores merecen el (de)mérito de llevar esto a los hogares de los europeos. Pero para la moderna Weltanschauung (ir)racionalista, el oscurantismo está representado por iglesias y crucifijos, no por cuernos y estrellas de cinco puntas, más aún cuando van acompañados de mensajes políticamente correctos...