¿El Sudario formado por un bajorrelieve? El regreso de un bulo
El embuste reiterado sobre la (nunca demostrada) falsedad de la imagen del Sudario se basa esta vez en un trabajo carente de requisitos científicos, que solo demuestra una cosa: el Santo Sudario molesta a los entornos alérgicos a Cristo.

Casualmente en un momento realmente sospechoso (justo en los días del importante congreso sindonológico de St. Louis, Missouri, EE. UU.), la agencia de noticias ANSA ha difundido una noticia que pretende ser sorprendente: la imagen de la Sábana Santa es una obra artística realizada con un bajorrelieve. Así lo afirma el brasileño Cicero Moraes, conocido por sus reconstrucciones tridimensionales por ordenador de los rostros de muchos personajes históricos.
También en este caso del Sudario, Moraes se ha limitado a una reconstrucción de la imagen por ordenador “utilizando software de código abierto (y gratuito), disponible para su descarga”. Así lo escribe en su artículo, que increíblemente se ha publicado en Archaeometry como si se tratara de un trabajo científico. Pero la realidad es que no cumple los requisitos de un trabajo científico. De hecho, no tiene en cuenta todos los aspectos de la Sábana Santa: un lienzo de lino en el que existen microtrazas de diversos tipos, como polen de Oriente Medio, aloe, mirra y aragonita igual a la de las cuevas de Jerusalén; una tela en la que hay sangre humana del cadáver que envolvió; y en la que existe una imagen que es una oxidación y deshidratación muy superficial de la celulosa que compone el tejido, formada después de que la sangre ya hubiera manchado el lienzo. Y aún así, Moraes no tiene ningún problema en afirmar que la imagen del Sudario fue realizada en la Edad Media, a pesar de que tiene las características de un negativo fotográfico y contiene información tridimensional codificada.
Él mismo admite la evidente parcialidad de su trabajo: “El estudio no aborda aspectos físicos o químicos relacionados con la formación de la imagen, como la presencia de pigmentos, análisis microscópicos o propiedades de los materiales del tejido, ni investiga la dinámica de los fluidos corporales, como el flujo sanguíneo. La atención es estrictamente metodológica, centrada en el modelado digital y la evaluación comparativa de los patrones de contacto observados”.
Moraes ni siquiera se molesta en reconstruir la posición correcta de las manos y los pies, que obviamente en la Sábana Santa es especular con respecto al cuerpo: “Se ha mantenido la posición reflejada del modelo, ya que originalmente la mano situada encima es la izquierda, no la derecha, como en el modelo del estudio actual. Este enfoque simplifica la creación de material visual”. Con esta actitud minimalista es obvio que no le preocupa la cabeza inclinada y las rodillas flexionadas del Hombre de la Sábana Santa. Su modelo está completamente extendido, con la mano derecha sobre la izquierda y el pie derecho sobre el izquierdo, al contrario de lo que se deduce de la Sábana Santa. Y no realiza el modelo de la imagen dorsal, ¿para qué perder el tiempo? Para él ya está bien así.
La presencia de sangre no le preocupa, ya que para él todo es falso. Obviamente, se refiere al bulo veraniego del 2018, la de Matteo Borrini y Luigi Garlaschelli, que consideraban inverosímiles los hilos de sangre presentes en la Sábana Santa. También escribí sobre esto en su momento porque la noticia, al igual que ha sucedido esta vez, ha sido recogida por todos los periódicos y ha dado la vuelta al mundo. Pero al menos Borrini y Garlaschelli se esforzaron por hacer algo concreto, realizando experimentos. El propio Garlaschelli invitaba a leer el artículo escribiendo en su blog: “En el trabajo también hay fotos mías a color en calzoncillos”. Un espectáculo que nos hubiéramos ahorrado gustosamente. Pero hay que valorar que, en este caso —según dice Garlaschelli—, ni siquiera cobró, como había admitido en el pasado por la realización de su copia.
Nuestro Moraes, en cambio, es perezoso. Se limita a simular la tela en el ordenador. Su único objetivo es desmentir la presencia de un cadáver, afirmando que una imagen de contacto está deformada. Pero esto ya se sabe desde hace tiempo, porque lo que vemos es una proyección ortogonal del cuerpo. Se trata de un amarilleamiento de la tela de solo 1/5 de milésima de milímetro, que se explica por una radiación ultravioleta ortogonal, y esto es algo que no le gusta a Moraes, así que mejor ignorarlo. No hace falta añadir que Moraes no hace mención alguna a todas las publicaciones científicas del Shroud of Turin Research Project que desmontan todo lo que él sostiene.
En su obstinado intento por declarar falsa la Sábana Santa, Moraes destaca también las incongruencias anatómicas que habrían sido demostradas en otro artículo publicado en Archaeometry el verano pasado, firmado por Elio Quiroga Rodríguez. Pero astutamente calla sobre la crítica a ese trabajo que publiqué con Tristan Casabianca y Louis Cador precisamente en la misma revista Archaeometry. Es increíble que los referees de Archaeometry acepten una forma de proceder similar. Y que una revista científica acepte un juego hecho por ordenador sin demasiado esfuerzo como si fuera un trabajo serio.
Es igualmente sorprendente que la noticia se vuelva viral y rebote de un periódico a otro sin ninguna crítica sobre el contenido. Incluso periódicos serios la han difundido, por ejemplo los italianos La Stampa y La Repubblica. Todo se da por bueno y se ofrece al público. Los periodistas se reducen a meros transmisores de rumores. A veces, peor aún, exageran la noticia o dan voz a otro supuesto experto que nos ilumina aún más. Para el periódico La Stampa, el trabajo fue realizado por “un equipo dirigido por el experto internacional Cicero Moraes”. El diario La Repubblica da espacio al comentario del inevitable historiador negacionista Andrea Nicolotti: “Cicero Moraes tiene razón, pero su investigación no es particularmente revolucionaria. Desde hace al menos cuatro siglos sabemos que la imagen corporal de la Sábana Santa no pudo haber sido creada mediante el contacto con un cuerpo tridimensional”.
Así, entre bulos orquestados y certezas falsas, el gran público queda desorientado y sumido en la confusión total. Ésta es la situación, pero tenemos que reaccionar —y lo estamos haciendo— en interés de todos. Una cosa es segura: la Sábana Santa molesta, y mucho, en ciertos ambientes alérgicos a Jesucristo. Y esta es la mayor prueba de que la Sábana Santa es auténtica.