El manual de instrucciones
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor. (Jn 15, 10)
Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros. (Jn 15, 9-17)
Dios quiere la felicidad de sus criaturas y es por esto que nos ha dado sus mandamientos, que son el “manual de instrucciones” para hacernos funcionar bien y de manera feliz. Jesús no los abolió, sino que los llevó a cumplimiento. Por este motivo el Señor, con su enseñanza sobre los mandamientos llevados a la pureza original, es el Único intercesor que tenemos frente al Padre. Pidamos a Jesús que nos ayude a actuar siempre según los mandamientos, de manera que pueda interceder por nosotros con el Padre en la hora de nuestra muerte.