San Evaristo por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

El amor por encima de cualquier formalismo

Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu (Lc 13,10)

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.

Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo.

Al verla, Jesús la llamó y le dijo:
«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».

Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:
«Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado».

Pero el Señor le respondió y dijo:
«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y los lleva a abrevar? Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».

Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.

(San Lucas 13,10-17)
 

Aquellos que se escandalizan porque Jesús cuida de los más débiles incluso en sábado, lo acusan de transgredir una norma humana. La paradoja que señala Jesús es que ellos mismos no dudan en cuidar de su ganado en ese día, pero no se preocupan por un hermano necesitado. Por eso los llama hipócritas. También nosotros estamos llamados a prestar atención a las necesidades concretas de quienes viven a nuestro lado, en particular de nuestros familiares, transformando la fe en gestos de amor real. ¿Sabes reconocer a las personas cercanas a ti que necesitan ayuda concreta?