Dolor y fe
La tristeza os ha llenado el corazón. (Jn 16,6)
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?”. Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré. Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado». (Jn 16,5-11)
Cuando nos separamos de las personas a las que queremos sentimos mucho dolor. Pero lo que Jesús le reprocha a sus discípulos no es ese dolor, ni mucho menos el amor que sienten por Él. Jesús los regaña porque aún no se fían de Él, quieren comprender primero. Amar a Jesús de verdad quiere decir también tener fe en su Palabra. Esforcémonos por ser más dóciles a los planes divinos incluso antes de saber a dónde nos conducirán.
