Discernir los signos
No saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla (Lc 12,59)
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente:
«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. Cuando sopla el sur decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede.
Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?
Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel.
Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla».
(San Lucas 12,54-59)
Estamos llamados a invocar al Espíritu Santo para recibir el don del discernimiento y comprender los signos de los tiempos, de modo que podamos reconocer la situación actual y la voluntad de Dios. A diferencia de lo que a veces sostiene la mentalidad contemporánea, los signos de los tiempos no son siempre positivos en sí mismos, porque la fidelidad de la humanidad a Dios es cambiante a lo largo de la historia. Según Jesús, la dificultad para leer los signos proviene de la falta de fe: esta nos impide no solo reconocerlos, sino también, cuando los identificamos, captar su verdadero significado, que a menudo no coincide con lo que deseamos. ¿En qué medida te ayuda tu fe a distinguir lo que realmente viene de Dios de lo que es solo apariencia? ¿Eres capaz de anteponer la voluntad de Dios a tus deseos personales?
