Jueves Santo por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Dios no nos abandona nunca

Vosotros orad así. (Mt 6,9)

«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas». (Mt 6,7-15)


Jesús nos da la posibilidad de rezar a su Padre con sus palabras. La oración que nos ha enseñado el Hijo de Dios se convierte en la oración principal de los hijos de Dios. Esto nos convierte a todos en hermanos entre nosotros y, en cierta manera, también con respecto a Él. Sea hecha tu voluntad, pedimos al Padre, por esto nuestra adhesión a las enseñanzas de Jesús debe ser total y sincera. Y tranquilos: Dios no abandona nunca a sus hijos, ni siquiera cuando nos alejamos de Él.