Con Boric, Chile también va a la izquierda proaborto
El proaborto de 35 años Gabriel Boric superó al provida José Antonio Kast en casi 12 puntos porcentuales. En apoyo al nuevo presidente chileno se ha alineado todo el globalismo de izquierda, con la intervención antes de las elecciones incluso de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
El domingo 19 de diciembre, José Antonio Kast, abogado y político católico provida, aceptó su derrota en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales frente a su rival, Gabriel Boric, el candidato proaborto de la izquierda. “Acabo de hablar con Gabriel Boric… Desde hoy es el presidente electo de Chile y se merece todo nuestro respeto y nuestra constructiva colaboración. Chile siempre es primero”, escribió Kast en Twitter. Aquellos que acusaron a Kast de ser un extremista de derecha, hijo de nazis y un peligroso antidemocrático, ahora deben callarse y disculparse. Las acusaciones formuladas contra él a lo largo de la campaña electoral y en todos los rincones del (políticamente correcto) mundo de los medios de comunicación, fueron construidas con arte. Con el arte del insulto y de la deshonra, con todas las técnicas más perversas que en Italia conocemos.
Bien, la izquierda mundial puede alegrarse, el presidente de Chile es el joven Boric de 35 años, quien ha liderado las manifestaciones que en los últimos dos años provocaron saqueos y violencia en todo el país; además de haber derribado las optimistas perspectivas económicas que se crearon hace cinco años, luego de los primeros meses del gobierno del presidente Piñera. Boric obtuvo casi el 56% de los votos, frente al 44% de Kast, una diferencia de casi 12 puntos. Kast se habría empeñado en restaurar el orden y la ley, para reactivar la economía social de mercado; sobre todo quería introducir varias políticas en el país para proteger la vida desde la concepción hasta la muerte natural, para fortalecer el derecho preferencial de los padres a educar a sus hijos, para reconocer la cultura e identidad de los pueblos indígenas y la libertad religiosa. La propuesta de gobierno de Boric, quien no tiene un título universitario, abanderado del Frente Amplio de Izquierda y del Partido Comunista, promete la incorporación en cada acción del próximo gobierno de una perspectiva feminista transversal; la implementación de políticas extremistas como el “aborto legal, libre, seguro y gratuito”; y enmiendas a la ley sobre identidad de género para facilitar el cambio de sexo en todas las edades, abolir (de facto) la potestad de los padres, y limitar las oraciones y las terapias de conversión.
No fueron escuchados los obispos católicos chilenos que, en los días previos a la votación, habían invitado a la ciudadanía a votar por candidatos comprometidos con la promoción de “principios no negociables”. Pero no es una derrota para Kast, sino un comienzo auspicioso para que la oposición constructiva sea capaz de defender al pueblo chileno de la inminente colonización ideológica y comunista.
Boric contó con el apoyo público: pocos días antes de la votación final del domingo, contó con el apoyo de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien respaldó al candidato de izquierda con toda la fuerza y autoridad del organismo internacional que preside. Nunca se había visto tanta arrogancia, nunca un representante oficial de la ONU interfirió en las elecciones de un país de una manera tan explícita y penetrante. Frente a esta ruptura en la “neutralidad institucional” de la ONU, regla de oro de Naciones Unidas, ningún país miembro ha levantado un dedo para exigir la renuncia inmediata de Bachelet. También lo hicieron dos diputados demócratas (Susan Wild y Raúl Grijalva) del Congreso de los Estados Unidos, instando “al pueblo chileno a superar las fuerzas de la opresión, el odio y la división”, pocos días antes de la votación. Las limitaciones del gobierno conservador que encabeza Piñera han sido muchas y han afectado la credibilidad del bando moderado en estas elecciones: el presidente saliente cedió a las protestas, no introdujo las medidas de mercado prometidas y, finalmente, tomó una decisión que dejó a todos asombrados, a pocas semanas de la votación presidencial promovió, impulsó, aprobó y puso en vigencia el matrimonio entre homosexuales en el país. Una decisión desafortunada e imprudente.
El globalismo de izquierda ha movido todos sus peones para llevar a Boric a la victoria. No solo la ONU con Bachelet o los demócratas estadounidenses, incluso algunos intelectuales franceses, en polémica con la convocatoria a votar por Kast promovida por el premio Nobel Mario Vargas Llosa, pidiendo la expulsión del propio Vargas Llosa de la Academia Francesa por su apoyo para un candidato xenófobo y autoritario. El mundo entero de la izquierda política internacional felicitó con entusiasmo al recién electo Gabriel Boric, en primer lugar los líderes del comunismo latinoamericano: el presidente argentino Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández; el presidente de Bolivia, Luis Arce; el venezolano Nicolás Maduro; el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, el presidente peruano Pedro Castillo, el presidente nicaragüense Daniel Ortega; y los ex presidentes, Rafael Correa de Ecuador, Evo Morales de Bolivia y Lula da Silva de Brasil. ONU, demócratas estadounidenses, lobbies de diversa índole, países y gobiernos comunistas y partidos de izquierda del mundo se unieron en contra de J. Antonio Kast y a favor del joven estudiante Gabriel Boric.
Los perdedores son todos los chilenos, dado que pocas horas después del anuncio del resultado electoral el tipo de cambio dólar/peso alcanzó su máximo histórico: el viernes pasado estuvo en 847 pesos por dólar, el lunes amaneció en 869. La Bolsa de Valores de Chile este lunes perdía entre 6 y 7,5%, los empresarios mineros dijeron estar preocupados por posibles nacionalizaciones... Hay poco de qué alegrarse, una vez fueron los gringos estadounidenses los que monopolizaron y explotaron América Latina con la complacencia de regímenes autoritarios, ahora son las multinacionales las aliadas de los líderes comunistas para colonizar las mentes y los corazones de esos mismos pueblos. Ahora, luego de las promesas proaborto de la recién electa presidente comunista de Honduras, Xiomara Castro (exaltada por los medios internacionales), el presidente Boric a la vuelta de pocas semanas intentará que se apruebe una nueva ley radical sobre el aborto. Después de las victorias electorales, enseña Biden, se debe recompensar a los partidarios permitiéndoles matar a inocentes.