Claro, simple y, sobre todo, verdad
Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno. (Mt 5, 37)
También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”. Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno. (Mt 5, 33-37)
Jesús desaconseja el juramento por asuntos de poca importancia. Además, tenemos que permanecer fieles a la palabra dada. Las promesas que no hemos mantenido, además de hacernos perder nuestra reputación ante los hombres, son un pecado sobre el cual tendremos que dar explicaciones. Jesús también nos pide que hablemos de modo claro y simple, pero sobre todo verdadero. ¿De verdad hacemos siempre todo aquello que el Señor nos pide?
