Cinco motivos para dar las gracias a Jesús
Al verlo, le rogaron que se marchara de su país. (Mt 8, 34)
Llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos. Desde los sepulcros dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino. Y le dijeron a gritos: «¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?». A cierta distancia, una gran piara de cerdos estaba paciendo. Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara». Jesús les dijo: «Id». Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo al mar y murieron en las aguas. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país. (Mt 8, 28-34)
El Hijo ha decidido encarnarse compartiendo la naturaleza humana. No nos ha llamado esclavos, sino amigos y sobre esto debemos fundar nuestro amor y nuestra fe en Él. En la oración de hoy pensemos en al menos cinco motivos por los que dar gracias a Jesús por todo aquello que ha hecho por nosotros en el día de hoy. Y al menos por hoy no nos lamentemos del mal que vemos y soportémoslo sin quejas, como hacen en cambio los paisanos del endemoniado que ha sido curado y que quieren que Jesús se vaya.