Basta de catastrofismo: nunca ha habido tan pocos muertos por fenómenos climáticos
Fenómenos climáticos extremos: hay un récord. Pero es un récord negativo en la primera mitad de 2025: nunca ha habido tan pocos muertos por desastres naturales relacionados con el clima desde principios de milenio. Todo lo contrario de lo que escuchamos en todos los medios de comunicación.

En la primera mitad de 2025 se ha establecido un nuevo récord en el número de muertes causadas por desastres climáticos y meteorológicos.
Al leer los medios de comunicación “mainstream”, se podría pensar que el reciente récord tiene que ver con un número elevado y creciente de muertes. Por lo general, los artículos afirman explícitamente que el cambio climático está haciendo que los fenómenos meteorológicos sean “más letales” o que provoquen un número creciente de muertes, o alguna variante del mismo mensaje. Probablemente, si se revisaran una treintena de estas fuentes de información del último año, las treinta repetirían la misma versión de los hechos. Por lo tanto, podría sorprender el récord real: la primera mitad de 2025 (de enero a junio) ha registrado el menor número de muertes por desastres climáticos y meteorológicos de cualquier primera mitad de año de este siglo, según informa R. Pielke.
Pasemos ahora los datos reales sobre las muertes causadas por desastres climáticos y meteorológicos desde 2000, centrándonos en particular en la primera mitad de cada año. La siguiente afirmación aparece en el resumen del informe "Resumen de catástrofes mundiales en la primera mitad de 2025" publicado por la correduría de seguros italiana Aon: “Al menos 7.700 personas han muerto a causa de desastres naturales en la primera mitad de 2025, una cifra muy por debajo de la media del siglo XXI, que es de 37.250. La mayoría de las muertes (5.456) se han producido a raíz del terremoto de Myanmar”. Un terremoto no es un desastre climático o meteorológico. Si se restan las 5.456 muertes causadas por el terremoto de Myanmar, quedan 2.244 que pueden entrar en la categoría climática o meteorológica. ¿Cómo se compara esta cifra con la de los últimos años? R. Pielke consulta la base de datos EM-DAT, donde constan los datos sobre las muertes causadas por desastres meteorológicos y climáticos para cada uno de los años desde 2000 hasta 2024. Éste es el gráfico de enero a junio de cada año:
La pequeña barra roja de la derecha representa las aproximadamente 2.200 muertes relacionadas con el clima/la meteorología hasta el 30 de junio de 2025: es claramente la cifra más baja en el periodo comparable de los 26 años en cuestión.
El segundo más bajo es el de 2009, con unos 2.600. Es evidente que el número de muertes está ampliamente dominado por los graves desastres que se produjeron en algunos años, en particular en 2008, con el ciclón Nargis en el océano Índico, en 2010, con la ola de calor en Rusia, y en 2022, con la ola de calor en Europa. Pero, con o sin estos años, no hay una tendencia clara al aumento o la disminución del número de muertes por estas causas. Lo que sí está claro es que 2025 ostenta el récord del menor número de muertes por desastres climáticos/meteorológicos en la primera mitad del siglo XXI.
¿Y antes? R. Pielke no dispone de datos similares para la comparación. Sin embargo, antes de las previsiones meteorológicas modernas y las alertas de catástrofes, las muertes por desastres climáticos y meteorológicos eran generalmente mucho mayores que en la actualidad. Basándose en otras fuentes, R. Pielke encuentra estimaciones bastante aproximadas de unos 50 millones de muertes por desastres climáticos y meteorológicos en la década de 1870 (lo que equivaldría a 5 millones al año), 5 millones en la década de 1920 (500.000 al año) y 500.000 en la década de 1970 (50.000 al año). Los niveles de mortalidad, generalmente mucho más elevados en décadas anteriores, conducen a R. Pielke a la siguiente afirmación: “Me atrevería incluso a sugerir que es probable que la primera mitad de 2025 haya registrado el menor número de muertes relacionadas con fenómenos meteorológicos extremos de cualquier semestre de la historia de la humanidad”. Esta afirmación no puede demostrarse de forma definitiva, pero es muy probable que sea correcta.
La propaganda alimentada por los medios de comunicación para asustar a la población sobre este tema está poniendo en peligro las bases racionales de la toma de decisiones de nuestra sociedad, con el riesgo de dar lugar a estrategias con impactos económicos y medioambientales muy negativos y a largo plazo.