Así se adueñan de nuestra salud la OMS y Bill Gates
La prioridad de la vacunación esconde una operación de poder que, con la OMS, el Banco Mundial y Gavi, llega hasta Bill Gates. La Brújula Cotidiana entrevista a Pier Francesco Belli, experto en gestión sanitaria: “La UE ha ‘cedido’ a la OMS, financiada por Gates, el control de las epidemias y las enfermedades infecciosas, favoreciendo incluso los procedimientos de urgencia para saltarse las leyes. Gates ha invertido en acciones de empresas de biotecnología que fabrican vacunas transgénicas, más rápidas que las tradicionales. Éste es el nuevo negocio de las empresas farmacéuticas”.
Vacunas siempre y en cualquier caso. Poco importan los efectos adversos, incluso letales. Poco importa que estas vacunas no tengamos datos significativos sobre su eficacia, seguridad y duración. Poco importa que sean incapaces de prevenir la infección y el contagio. Tampoco importa que el Covid-19 pueda curarse de otras maneras o que la gran mayoría de las personas que se cree que están contagiadas tengan en realidad síntomas leves o ninguno. ¿Por qué esta nueva forma de “ensañamiento terapéutico”? Hemos preguntado al profesor Pier Francesco Belli, experto en gestión sanitaria y presidente de la Comisión de Riesgos y Ética Sanitaria del Instituto INCER en Italia.
Profesor Belli, para entender mejor lo que está ocurriendo en la gestión de la pandemia, tenemos que retroceder en el tiempo...
Empecemos por 1998, cuando una decisión de la Unión Europea, la número 2.119, impuso a los países miembros un control de las enfermedades infecciosas transmisibles y la vigilancia epidemiológica, bajo la coordinación de la OMS. Al mismo tiempo los centros de epidemiología y de control de la prevención nacional se desmantelan poco a poco, mientras que nacen decenas de coaliciones, comités, organizaciones, todas “globales”, dentro de las cuales encontramos a los hombres de la Fundación Bill & Melinda Gates, de la OMS y a los gestores de los centros públicos de excelencia en materia de vacunación e infección que hacen referencia a los centros de colaboración de la OMS locales. Sólo en Italia hay 29 centros de colaboración de la OMS (uno de ellos está en el Hospital italiano Spallanzani, que es –téngase en cuenta- el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas del país).
¿Y por qué sería esto un problema?
Porque, como veremos, estos centros responden cada vez más a los dictados de las organizaciones no gubernamentales en vez de a las del Centro de Control y Prevención de Enfermedades del Ministerio de Sanidad, que a estas alturas ha perdido su misión de control de las enfermedades transmisibles y de las emergencias sanitarias.
Volvamos a 1998…
En ese año, en el centro de la Fundación Rockefeller en Bellagio, se reunieron el Banco Mundial, la OMS, Bill Gates y UNICEF para formar Gavi-Alliance, precisamente una de estas organizaciones mundiales para la inmunización mediante la vacunación. Gavi se convirtió así en el nuevo “protector” ante las enfermedades infecciosas y transmisibles, y los Estados son los meros financiadores. Hay que entender que anteriormente la OMS se financiaba con el PIB de cada país, pero cuando en 2008 se produjo el colapso de los mercados bursátiles mundiales que debilitó a los distintos países, éstos disminuyeron su financiación a la OMS como consecuencia. Fue entonces cuando Bill Gates intervino, bien directamente a través de su fundación, bien a través de Gavi (que él financia). Gates se convirtió así en un financiador de la OMS, pero con una modalidad de asignación de fondos.
¿Qué significa eso?
Para un propósito específico. Es una obligación de gestión del dinero: te doy este dinero para este fin concreto. Así, Gates controla a la OMS, que controla las redes de vigilancia de los países. ¿Con qué intención? Que el dinero de los estados ya no se destine a la prevención primaria, sino a las vacunas (prevención secundaria).
En la práctica, ¿estas organizaciones mundiales deciden las líneas de prevención de los distintos países, obviando la autoridad interna o condicionándola fuertemente?
Así es. Pensemos, por ejemplo, en la Global Virome Project (GVP), una organización mundial creada en 2016, también en la Fundación Rockefeller de Bellagio. En la junta directiva de esta organización encontramos a la doctora Jennifer Gardy, que es la directora de vigilancia de datos y epidemiología del equipo de malaria de la Fundación Bill y Melinda Gates. Y no es la única. Ahora, el GVP se ha comprometido a identificar el 99% de los virus desconocidos de origen animal que tienen el potencial de convertirse en epidemias para responder mejor a futuras pandemias y facilitar las contramedidas, como las vacunas mediante el uso de tecnologías revolucionarias. Básicamente tienen la taxonomía de los virus en sus manos y piensan en todo. ¡Podrían incluso inventarse que Cristo se ha muerto de sueño! Estas organizaciones, coaliciones globales, etc., desvirtúan los deberes institucionales de los países soberanos en materia de prevención de enfermedades infecciosas y vigilancia epidemiológica transmisible, acumulando poder y financiación pública y privada que, en colaboración con la OMS y Gavi, se utilizan para desplazar fuertemente el centro de gravedad de la prevención hacia las vacunaciones.
Y aquí ha jugado un enorme peso el diseño del procedimiento de emergencia.
El procedimiento de emergencia EUL fue diseñado por la OMS después de 2015 a raíz del ébola. El procedimiento europeo, concebido a partir de las indicaciones de la OMS, se denomina CMA (Conditional Marketing Authorization). Hay que entender el contexto: en la bolsa, las empresas farmacéuticas se habían hundido durante unos años. Bill Gates empezó a arrasar con las acciones de las empresas de biotecnología de todo el mundo; prácticamente, los productores de transgénicos. ¿Cuál era la gran ventaja? En vista del procedimiento de emergencia, Gates sabía que fabricar una vacuna con OMG llevaría muy poco tiempo, a diferencia de las vacunas tradicionales. Interactuar con las empresas de biotecnología para construir una vacuna se convertiría en el nuevo negocio de las empresas farmacéuticas. Curiosamente, Alemania se convirtió en socio de importantes empresas biotecnológicas alemanas como BioNTech y CureVac, en las que, por supuesto, también participa Bill Gates (a través de Gavi) con unos 745 millones de dólares, financiando directamente el desarrollo de vacunas transgénicas. Merkel ha facilitado así la inclusión y aplicación del procedimiento de urgencia de la CMA.
¿En qué consiste este procedimiento?
Nos trata como si todos fuéramos enfermos terminales porque la autorización temporal durante un año (renovable) se aplica con “uso compasivo”. Con esta autorización se pueden utilizar vacunas experimentales sin que el fabricante tenga que garantizar la Evaluación de Riesgos incluso después de la comercialización, es decir, la verificación del control de riesgos. Además, se trata de vacunas con OMG, a pesar de que los transgénicos están prohibidos en Europa. Y es que las vacunas de Moderna y Pfizer-BioNTech (BioNTech es una startup de OMG) son vacunas realizadas con transgénicos a todos los efectos. Gates, por cierto, también controla Pfizer, a la que financia con más de 17 millones de dólares, entregados como subvención en septiembre de 2016 (ver aquí).
De hecho, el Parlamento Europeo ha tenido que derogar las normas sobre los transgénicos para dar luz verde a estas vacunas (ver aquí). La cuestión del “uso compasivo” es increíble...
Es una locura. Un tipo de 35 años, que es deportista, que está en perfecto estado de salud, en esta perspectiva ya es un muerto potencial o un enfermo terminal, que por lo tanto tiene que vacunarse. Hay que señalar que desde 2011 hasta 2014 la Fundación Bill & Melinda Gates financia al Istituto Superior de Sanidad italiano con más de 2 millones de dólares para producir nuevas técnicas de vacunas, entre ellas la Luciferasa, que es una enzima transgénica, en plena violación de la legislación correspondiente. Está claro que el objetivo final de la OMS era aplicar el procedimiento de la EUL con el fin de poner a disposición vacunas no autorizadas sin control de riesgo y de OMG; vacunas que no están presentes en la Farmacopea Europea [código farmacéutico para el control de calidad de los medicamentos, n.d.a.] y que seguirán siendo autorizadas hasta que la misma OMS, donde el peso del señor William (Bill) Gates es decisivo, decida mantener el estado de emergencia con el aval de las normas europeas.