San Maximiliano María Kolbe por Ermes Dovico
JERUSALÉN

Un 15 de agosto de oración y negociaciones por la paz en Oriente Próximo

“Invito a todos a un momento de intercesión por la paz ante la Santísima Virgen María”: Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, invita a la oración el 15 de agosto, el mismo día en que tendrán lugar las próximas negociaciones entre Estados Unidos, Israel, Qatar y Egipto en busca de un alto el fuego en Gaza.

Internacional 13_08_2024 Italiano English

“Frente a todas las palabras de odio que se pronuncian con tanta frecuencia, queremos ofrecer nuestra oración, una oración que consiste en palabras de reconciliación y de paz”, ha expresado el Patriarca Latino de Jerusalén. “Invito a todos a un momento de intercesión por la paz ante la Santísima Virgen María. (...) En las parroquias, en las comunidades religiosas contemplativas y apostólicas, y también los pocos peregrinos que se encuentran entre nosotros, uníos en este deseo común de paz que le confiamos a la Santísima Virgen”. Así reza el mensaje dirigido por el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, a todos los fieles en la fiesta de la Asunción.

Una oración en la fiesta del 15 de agosto, el mismo día en que está previsto un encuentro entre las delegaciones de Estados Unidos, Egipto y Qatar con representantes de Israel. Un nuevo esfuerzo, fuertemente deseado por la diplomacia, para encontrar un acuerdo de alto el fuego y de liberación de los rehenes israelíes que siguen en manos de Hamás. Tras una larga reunión celebrada en los refugios subterráneos del Ministerio de Defensa en Tel Aviv, Israel ha confirmado que enviará una delegación. El gobierno israelí es consciente de que participar en la reunión empujará a Irán a replantearse sus represalias por el asesinato de Haniyeh en su territorio, quizás haciéndolas menos virulentas. La hipótesis del acuerdo es la presentada por el presidente estadounidense Joe Biden y aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Han pasado ya muchos meses desde el comienzo de esta terrible guerra. El sufrimiento causado por este conflicto y la consternación por lo que está sucediendo no sólo no disminuyen, sino que parece que se alimentan una y otra vez por el odio, el resentimiento y el desprecio, que sólo intensifican la violencia y alejan la posibilidad de encontrar soluciones”, ha escrito Pizzaballa en el mensaje.

Días difíciles para Israel y Palestina, pero también para todo Oriente Medio. Tras diez meses de guerra las poblaciones están al límite de sus fuerzas. Un cese de las hostilidades probablemente conseguiría traer a casa al mayor número posible de rehenes que siguen vivos y daría un soplo de aire fresco a una población que vaga en busca de refugio de un lugar a otro de la Franja.

Hamás, por su parte, tras un asentimiento inicial, anunció que no asistirá a la reunión, pidiendo en su lugar que la propuesta de Biden se aplique mediante nuevas negociaciones. En cualquier caso, Yahya Sinwar, nuevo dirigente político de Hamás tras el asesinato de Ismail Haniyeh en Teherán el 31 de julio, ha vuelto a plantear sus reivindicaciones y ha pedido la liberación de Marwan Barghouti, antiguo exponente de Al Fatah, en prisión desde 2002. La petición de liberación ya se había formulado el pasado mes de marzo, poco antes del ataque del ejército israelí contra Rafah, la ciudad de Gaza situada en la frontera con Egipto. Barghouti cumple algo así como cinco cadenas perpetuas en cárceles israelíes por su papel protagonista en algunos atentados terroristas durante la Segunda Intifada. Es un político palestino querido por el pueblo y probablemente el único que puede unir a las distintas almas del pueblo palestino en las futuras elecciones. Los habitantes de Gaza también aceptan a Barghouti, y esto podría ser una señal de que Sinwar está pensando en la posguerra. La petición de liberación de Barghouti también parece contar con el apoyo de Estados Unidos, Egipto y Qatar.

El pasado marzo Hamás también había pedido la liberación de Ahmad Saadat, jefe del Frente Popular para la Liberación de Palestina, condenado a treinta años por el asesinato en 2001 del ministro israelí de Turismo, Rehevam Zeevi. Pero no todos en Israel quieren un alto el fuego. Es el caso del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, de extrema derecha, para quien un acuerdo de alto el fuego equivaldría a una rendición ante Hamás. Además, según Smotrich, no se deben intercambiar rehenes por prisioneros. La reacción de la Administración Biden ha sido inmediata, y a través del portavoz de Seguridad Nacional, John Kirby, ha acusado al ministro israelí de afirmaciones falsas. “Smotrich debería avergonzarse de sí mismo por cuestionar las intenciones del presidente de Estados Unidos, afirmando que Biden puede apoyar un acuerdo que pone en riesgo la seguridad de Israel. Es sencillamente erróneo, indignante y absurdo”.

Al rescate de Smotrich ha acudido el ministro de Seguridad Nacional, también de extrema derecha, Itamar Ben-Gvir, quien en un post en la red social X ha escrito que Israel debería ocupar Gaza permanentemente, y que la ayuda humanitaria y el suministro de combustible tendrían que detenerse hasta que todos los prisioneros retenidos por Hamás sean liberados.

Un acuerdo, el propuesto para el 15 de agosto, que podría apagar en parte la mecha en el norte de Israel, donde Nasralá (Hezbolá) quiere vengarse del asesinato de Shukr, con un ataque que correría el riesgo de sumir al país de los cedros en un choque frontal con Israel. Pero por desgracia el ejército israelí continúa con sus provocaciones.

La tensión ha vuelto a aumentar debido a un nuevo ataque de Israel en el sur de Líbano en el que ha muerto Samer al-Hajj. Al-Hajj era el comandante de las fuerzas militares de Hamás en el campo de refugiados palestinos de Ein el-Hilweh, cerca de Sidón, y responsable del reclutamiento y entrenamiento de terroristas para atacar al Estado de Israel.

Y no sólo Líbano. Los soldados de la estrella de David han vuelto a atacar en la ciudad de Gaza: según las autoridades palestinas, las víctimas del ataque son noventa, entre ellas once niños y seis mujeres. El ejército israelí afirma sin embargo haber alcanzado la escuela de Al-Tabeen, en la zona de Al-Sahaba, con cuatro bombas de precisión, con las que han matado a diecinueve terroristas de Hamás y de la Yihad Islámica, incluidos comandos de alto rango que operaban dentro de un centro de control, situado en la escuela y en la mezquita adyacente, en ningún caso víctimas civiles. La versión de las autoridades locales vinculadas al movimiento palestino, que niegan la presencia de los milicianos, es diferente: “Confirmamos que entre las personas muertas en la masacre no había ni un solo hombre armado, sino sólo civiles atacados mientras realizaban la oración del alba”, afirma una nota oficial emitida por el portavoz de Hamás.

Una vez más, el ejército de ocupación israelí ha cometido una enorme masacre que se suma a una serie de crímenes continuos en Gaza”, ha acusado el ayatolá Ali al-Sistani, el clérigo chií más influyente de Irak. Y el ministro iraní de Asuntos Exteriores en funciones, Ali Bagheri, en una conversación telefónica con la ministra belga de Asuntos Exteriores, Hadja Lahbib, ha informado de que Irán está decidida a hacer pagar al régimen israelí el precio del asesinato de Ismail Haniyeh en Teherán.

También Egipto y Qatar han arremetido contra el primer ministro Netanyahu , que con el ataque a la escuela demuestra falta de “voluntad política para sellar la paz”. Por último, hay que mencionar la vuelta a las calles de las asociaciones de familiares de los rehenes, según las cuales el primer ministro Netanyahu “juega” con la vida de los prisioneros israelíes y lo hace “para garantizar su propia supervivencia y la de su Gobierno”.