San Expedito

Si san Judas Tadeo y santa Rita de Casia son particularmente invocados para las causas imposibles, de manera similar actúa san Expedito, el más popular de los mártires de Melitene, venerado como el santo de las causas urgentes por antonomasia. Ya en el Martirologio Jeronimiano, que en su redacción originaria se remonta a la primera mitad del siglo V, se recogen las principales informaciones ciertas sobre él. Gracias a eso sabemos el día de su martirio, el 19 de abril, y el lugar, Melitene (la actual Malatya, en Turquía), sede de una antigua fortaleza legionaria, donde Expedito fue martirizado con san Hermógenes y otros cristianos. In Arminia Militana civitate Hermogeni, Gagi, Expediti, Aristonici, Rufi, Galatae una die coronatorum, se lee en el Martirologio Jeronimiano.

La tradición más difundida nos dice que era contemporáneo de santa Filomena (c. 290-302), la jovencísima cristiana martirizada por orden de Diocleciano, también patrona de las causas imposibles. Expedito está indicado además como comandante de la XII Legión Romana, llamada Fulminata (había sido creada por Julio César y estuvo activa hasta el siglo V), que custodiaba el paso del Eufrates en Melitene. La iconografia lo representa siempre vestido como un soldado romano. Su nombre, Expeditus, que en latín significa “libre de impedimentos, libre de cargas” (en griego en cambio significa “ingenioso”), ha inspirado verosimilmente los rasgos esenciales de sus representaciones, sin armas ni corazas pesadas, puesto que en terminología militar los expediti eran los soldados ligeros.

Su iconografia ha representado con símbolos muy sugerentes todo lo que sobre él refieren las distintas historias hagiográficas. Se dice que Expedito conocía desde muy pequeño la historia de Jesús y que las enseñanzas sobre la vida eterna, el camino de la cruz y la Resurrección lo conmovían. A pesar de esto, el soldado había pospuesto su conversión alguna que otra vez, a lo mejor porque estaba en conflicto con lo que el imperio exigía de los soldados en los tiempos de las persecuciones. Cuando Expedito se decidió finalmente a seguir a Jesús, el diablo se le apareció bajo forma de cuervo y le invitó a retrasar su conversión para el día siguiente. Pero el santo respondió decidido: “¡Yo seré cristiano hoy!”. He aquí porque en algunos iconos está representado en el acto de pisar un cuervo que grita cras (“mañana”, en latín), mientras en una mano sujeta una cruz con la inscripción hodie (“hoy”) y en la otra la palma del martirio, ocurrido muy probablemente por decapitación entorno al año 303.

Su culto ya se había difundido durante la Edad Media, como demuestra el hecho de que en Turín existía un distrito dedicado a san Expedito. A partir del siglo XVI tenemos múltiples notificaciones de su veneración, hoy presente en distintos países de Europa y Asia, y muy sentida en América Latina. Su nombre, que llama a la rapidez, ha favorecido la difusión del patrocinio de las causas urgentes y durante siglos ha sido invocado para resolver también las controversias legales y para sacar buenos resultados en los exámenes. Basándose en una tradición muy consolidada, en 1781 el papa Pío VI lo proclamó protector de los comerciantes y los navegantes (en el primer caso, para resolver con velocidad las cuestiones y, en el segundo, para salvarse de peligros repentinos). Pero su figura es importante, sobre todo, por su bellísimo ejemplo de conversión, que san Expedito decidió cumplir sin escuchar las voces que intentaban disuadirlo. A lo mejor le inspiró la enseñanza de Jesús en la parábola de las diez vírgenes: “Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora” (Mt 25,13).

Patrono de: emergencias, comerciantes, navegantes