No os deseamos feliz año nuevo
No os deseamos un buen año nuevo. No os deseamos serenidad, paz y armonía para el próximo año.
¡Nada de esto! Porque todo esto es simplemente bueno. Nosotros de la Brújula Cotidiana os deseamos y nos deseamos que seamos santos.
No os deseamos un Feliz Año Nuevo.
No os deseamos un buen año nuevo.
No os deseamos serenidad, paz y armonía para el próximo año.
¡Nada de esto!
Porque todo esto es simplemente bueno.
Pero nosotros en la Brújula Cotidiana, en cambio, queremos lo mejor para ti.
Deseamos que tengáis la mente de un adulto y el corazón de un niño.
Deseamos que tengáis la fuerza de decir “sí sí, no no” cuando otros sólo digan “tal vez”, “depende”, “no sé”...
Y que tengáis la delicadeza de no romper vidas que ya están resquebrajadas, de no apagar la débil llama de la esperanza de tus cansados compañeros de vida.
Deseamos que tengáis el valor de manteneros de pie sobre la roca de la fe frente a la nada que quiere arrastraros.
Y que tengáis la humildad de arrodillaros ante Dios para pedirle este mismo valor.
Deseamos que miréis al Cielo, donde nos esperan Cristo, los santos y nuestros seres queridos con una inquietud que conmueva.
Y qué miréis hacia la Tierra, donde nuestros hermanos nos esperan aturdidos por este sinsentido que avanza sin cesar.
Os deseamos que no seáis influencers sino apóstoles, no followers sino discípulos, no sedientos de likes sino de verdad.
Y que encontréis tiempo para adorar ese inmaculado fragmento de pan en el que el tiempo contiene la respiración y el espacio del universo entero se condensa...
Os deseamos que trabajéis, recéis, soñéis y lloréis con la certeza de que la última palabra sobre nuestras vidas no la tenemos nosotros, sino sólo Dios.
Y que trabajéis, recéis, soñéis y lloréis con la certeza de que esta palabra viene de un Dios que no puede dejar de amarnos, cueste lo que cueste... y le ha costado mucho.
Nosotros de la Brújula Cotidiana os deseamos y nos deseamos que seamos santos.
Santos todos los días del año.